Reacción de México debería disuadir a Donald Trump de pelea con China

Si bien Donald Trump eligió al vecino del sur de Estados Unidos como primer blanco en la guerra de los aranceles, China proyecta una sombra mucho más larga sobre la economía estadounidense.

(Bloomberg).- Durante la campaña, Donald Trump hizo de China y México los principales villanos responsables de la pérdida de empleos en el sector manufacturero del Cinturón Industrial estadounidense.

En tuits y discursos, criticó a China por manipular su moneda con el fin de lograr una ventaja comercial desleal. Dijo que México se aprovechó del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte de 22 años de antigüedad para inundar Estados Unidos de productos baratos.

En la primera semana después de su asunción, Trump comenzó a cumplir su promesa. Cuando el presidente Enrique Peña Nieto de México se negó a pagar el muro que Trump quiere levantar en la frontera, Estados Unidos insinuó que podría imponer un arancel de importación para subsidiar el proyecto.

Según una versión sobre el pensamiento del presidente, se aplicaría un gravamen del 20% a las importaciones de México, que totalizaron US$ 276,000 millones en los primeros once meses del 2016, lo que haría que los ingresos provenientes del impuesto fueran más que suficientes para solventar el muro.

Pero la atención centrada en México podría ser una distracción.

Si bien Trump eligió al vecino del sur de Estados Unidos como primer blanco en la guerra de los aranceles, China proyecta una sombra mucho más larga sobre la economía estadounidense.

La economía china es diez veces más grande que la de México y cualquier acción de represalia de China tendría un impacto mucho más grande en los mercados estadounidenses de acciones y bonos.

La decisión de Trump de atacar a México es comparable a la de un equipo universitario de fútbol americano que prefiere tener rivales fáciles al comienzo de la temporada mientras se prepara para partidos más difíciles.

Sin embargo, el presidente tiene que avanzar con cuidado mientras él y sus asesores comerciales deciden cómo lidiar con México.

El impacto de mercado de un arancel del 20% sería considerable. Para empezar, se calcula que el 40% del contenido de las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos se originó en los Estados Unidos y el arancel de inmediato afectaría al empleo estadounidense.

México es el principal destino de exportación de dos grandes estados, California y Texas, y el segundo mercado más importante para Illinois, Iowa y Nebraska. También es un gran comprador de exportaciones agrícolas estadounidenses como la soja.

El impacto negativo en muchos estados podría verse magnificado por cualquier acción de limitación del mercado que pudieran encarar las autoridades mexicanas como represalia frente a una medida de Trump.

El arancel que se está analizando incluso podría afectar al Cinturón Industrial, donde Trump recibió muchos votos. Las exportaciones de automóviles estadounidenses serían menos competitivas en el plano mundial si aumenta el costo de las autopartes mexicanas importadas. Eso, a su vez, provocaría un aumento del desempleo en Michigan.

Los consumidores estadounidenses también sentirán el impacto de un arancel más alto antes de que pase mucho tiempo. Los votantes de Trump no estarán contentos cuando suba el precio de los televisores mexicanos baratos que vende Wal-Mart.

También tendrán que pagar un precio más alto por productos agrícolas de México como los aguacates. Y conforme los salarios nominales en el país de Trump aumenten más lentamente, el poder adquisitivo real de los trabajadores podría caer.

Estas consideraciones probablemente expliquen por qué Trump se centró primero en México más que en China. Cualquier medida suya podría ser recibida con una represalia china que limitara el acceso de las multinacionales estadounidenses a los estimados 300 millones de consumidores de ingresos medios y altos de ese país, lo que afectaría de manera significativa las perspectivas de crecimiento de las compañías.

De modo que recuerden: hasta México, pese a su pequeño tamaño, posee el potencial para hacer caer las utilidades de las compañías estadounidenses y las valuaciones accionarias de grandes multinacionales con medidas de represalia e incluso sin ellas. Los consumidores estadounidenses también sentirían su impacto.

Sin embargo, esto tiene un lado positivo. Podría ocurrir que la avalancha de sectores perjudicados por la guerra comercial con México disuada a Trump de tomar medidas similares contra China.

Por Komal Sri-Kumar, presidente y fundador de Sri-Kumar Global Strategies y ex estratega jefe mundial de Trust Company of the West.

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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