Por qué la élite joven de Silicon Valley no invertirá en arte

Conforme avanzaba la feria, otros comerciantes comenzaron a expresar el mismo sentimiento: los famosos inconformistas de la tecnología, supuestamente llenos de dinero y recién salidos de la escuela secundaria, no compran arte.

(Bloomberg) Al recorrer el gélido galpón que albergó la edición inaugural de la Feria de Arte Untitled de San Francisco, Connor Zwick, un emprendedor de 23 años, no encontró nada que lo impresionara en las 55 galerías de arte contemporáneo de la muestra.

“Veo varias obras de arte todo el tiempo y muchas me gustan”, dijo. “Pero no se correlacionan con el precio para nada”.

A medida que iba de un sector a otro, Zwick quedaba cada vez más perplejo, ya que se encontró con que una serie de cinco fotografías del artista Buck Ellison costaba US$ 7,000 y luego en otra parte vio que una sola fotografía de mayor tamaño del artista Ori Gersht costaba US$ 42,000.

“Cuando veo que una pieza de arte de US$ 1,000 me hace disfrutar tanto como una obra de US$ 30,000, no entiendo por qué tendría que gastar US$ 30,000”, dijo. “Y no, no busco saber por qué tendría que invertir US$ 30,000 en arte”.

Una cosa sería si él fuera un observador casual, pero Zwick era un coleccionista potencial. En la escuela secundaria desarrolló una aplicación para tarjetas flash bastante rentable, que registró más de un millón de descargas; una vez que se la vendió a la compañía de libros de textos en línea Chegg, Zwick supo que tendría libertad financiera “por el resto de su vida” dijo.

Luego, el ex estudiante dejó Harvard a los 19 años tras ganar la prestigiosa Beca Thiel, un premio de US$ 100,000 creado por el multimillonario de la tecnología Peter Thiel, cuyo objetivo es hacer que los beneficiarios dejen la universidad a favor de emprendimientos.

Zwick, con otras palabras, era joven, interesado, educado, y sus ingresos eran abundantes –precisamente el tipo de persona que los vendedores habían ido a conocer a Untitled.

“Yo esperaba, y todavía espero, conocer algunos coleccionistas del sector de la tecnología”, dijo Toby Clarke, el director de la Galería Vigo de Londres, pocos días después de la visita de Zwick.

“Pensé que ahí encontraría súper multimillonarios del sector de la tecnología que podrían necesitar un poco de orientación, algo en lo que somos muy buenos”, agregó.

Clarke afirmó que había vendido gran parte de su exposición –pinturas realizadas por el artista altamente cotizado Daniel Crews-Chubb que iban desde los US$ 14,500 a los US$ 32,000–, pero las ventas, agregó, estaban destinadas a sus clientes habituales.

El objetivo de una feria de arte, dijo, es captar nuevos clientes. “Tratamos de ser sumamente cordiales y esperamos captar uno o dos”, agregó. “Sin embargo, ayer no había nadie”.

Conforme avanzaba la feria, otros comerciantes comenzaron a expresar el mismo sentimiento: los famosos inconformistas de la tecnología, supuestamente llenos de dinero y recién salidos de la escuela secundaria, no compran arte.

“Al realizar esta feria más joven, esperamos conocer más gente de nuestra generación”, dijo Hannah Hoffman, propietaria de una galería en Los Ángeles, cuyos precios de exposición oscilan entre los US$ 4,000 y los US$ 90,000. “Trajimos algunas obras en calidad de preventa, pero creo que no estamos captando [en la feria] a la gente que tiene el potencial para comprar”.

Una de esas personas que en última instancia se mantuvieron alejadas fue Ruchi Sanghvi, la primera mujer ingeniera en Facebook (como gerente de productos, ideó el sitio News Feed), que luego se integró a la compañía como vicepresidenta de operaciones, después de que Dropbox adquirió a Cove, la startup que mantenía con su marido.

Ella dejó de participar en el emprendimiento, a pesar de que su marido, Aditya Agarwal, fue recientemente promovido al cargo de director de tecnología de Dropbox.

“A pesar de que me interesa mucho el arte, creo que invertir en ese mercado es intimidante”, dijo. “No sé por dónde comenzar y no sé cómo informarme”. Sangvhi dijo que compra obras de arte –solo que no del tipo que se vende en Untitled–. “Me gusta la forma en que compro ahora”, agregó. “Apoyo a los artistas locales”. Sin embargo, no descartó un enfoque más dinámico a futuro”.

“Yo diría que en este momento no tengo un motivo [para coleccionar]”, dijo Sanghvi. “Posiblemente lo haga en el futuro”.

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