¿Sin grasa? ¿Sin gluten? Qué hay que mirar en las etiquetas de los alimentos

Las compras de alimentos hoy están menos condicionadas por lo que aparece escrito en el frente del envase que por la lista de ingredientes.

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Bloomberg.- Durante años, los promotores de la salud recomendaron al público que leyese los ingredientes e ignorase el marketing. Durante años, los consumidores ignoraron a los promotores de la salud. Pero ¡miren! Parece que finalmente los están escuchando.

Las compras de alimentos hoy están menos condicionadas por lo que aparece escrito en el frente del envase que por la lista de ingredientes, dijo Andrew Mandzy, director de Visiones Estratégicas de Nielsen.

Algunos consumidores incluso hacen cuentas más que leer: 61% dijo que cuanto más corta es la lista de ingredientes, más saludable es el producto. Muchos buscan información más allá de los envases.

En el 2014, el 48% de los consumidores recurrió a internet en busca de información sobre salud; en el 2016, un 68%. El uso de tecnologías tales como aplicaciones de rastreo de calorías también ha aumentado, dijo Mandzy.

“Hay un cambio en la manera de pensar sobre lo que ‘es mejor para uno. La gente busca ingredientes básicos y más simples”, manifestó.

Afirmaciones como “bajo contenido en grasa” y “excelente fuente de vitamina C” en la parte delantera de los envases están perdiendo sus poderes mágicos, revelan datos de Nielsen.

Las ventas de productos caracterizados por su menor contenido graso bajaron 1.2% en dólares en los últimos cinco años. Las ventas de productos rotulados “libres de grasas” cayeron 2.7% en tanto que los destacan sus “vitaminas y minerales” declinaron 0.8% en ese período.

Uno de los rótulos al menos aún parece funcionar: “natural”, un término esencialmente no regulado y por ende carente de sentido. Los alimentos llamados naturales han incluido bocaditos de pollo, Cheetos y Gatorade. Las ventas de productos con este rótulo subieron 4.2%.

Al prestar más atención a los ingredientes, puede que los consumidores se vuelquen fervorosa-mente a algunos de ellos y eviten otros que son en gran medida inocuos.

Las ventas de productos que proclaman no tener gluten aumentaron 11.8% en los últimos cinco años, mientras que los que no tienen soja subieron 29.8%.

A menos que a uno se le diagnostique celiaquía o intolerancia al gluten, que un producto sea “’libre de gluten’ no tiene nada que ver con sus beneficios reales para la salud”, señaló la médica y educadora de salud Allison-Ottey.

Si bien espera que la atención que se presta al gluten se traduzca en una alimentación más consciente en términos generales, no hay garantía de que ello ocurra. “¿Un fabricante puede aprovecharse de un consumidor rotulando ‘sin gluten’ a un alimento que nunca lo tuvo? Sí”, comentó.

En lo que respecta a la soja, no es necesario evitarla, salvo que uno haya tenido cáncer de mama, en cuyo caso no es aconsejable consumirla por su contenido de estrógeno”, dijo. “En una dieta promedio, uno no tendría que preocuparse demasiado por la soja. No es un producto con el que uno se extralimitaría”.

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