Especial Tu Dinero. Al anotador de almacenero en el que las abuelas anotaban sus gastos e ingresos le sobrevino la tecnología: hoy existen desde planillas básicas –como Excel– hasta Apps más complejas para guiar sus finanzas y monitorear los mercados.
Pero para un neurólogo la respuesta no está en la tecnología propiamente dicha sino en la ciencia detrás de cómo funcionan los cerebros. Y piensa que hay una manera de hackear las neuronas para engañarlas y así poder ahorrar más e invertir mejor.
Quien lo dice es el neurólogo Moran Cerf, de la universidad de Northwestern en los Estados Unidos. Le explicó a Business Insider que “las distintas métricas que usamos para medir cuándo recibimos y cuándo gastamos dinero confunden a nuestro cerebro”. Y cita algunos ejemplos obvios: la mayoría recibimos un sueldo todos los meses pero hay cuentas que pagamos en otros intervalos temporales: semestralmente, bimestralmente, anualmente o, incluso cuando se trata de las compras del supermercado, semanal o diariamente.
La solución que propone Cerf es hackear el cerebro y utilizar, para todas las cuentas a pagar, una misma unidad de tiempo. “Hay que experimentar”, reconoce. Entonces, mientras que a una persona le puede resultar más fácil establecer metas semanalmente, a otros les vendría bien tener una cantidad de dinero que pueden gastar como máximo por día. Una especie de presupuesto diario.
Una vez que se recibe el salario, se hacen cargo de los costos fijos (alquiler, seguros, etc), con lo que queda, esa persona puede decidir darse un presupuesto diario y guardar el resto como ahorro o inversión. Cada compra, entonces, deberá pasar por el filtro presupuestario: “¿tengo o no tengo plata para comprar esto hoy? ¿cuánto tengo que ahorrar para conseguirlo?”.
Para otras personas, puede ser mensual o semestralmente. Según Cerf, si ese ser humano prefiere comer mucho afuera, por ejemplo, se le complicaría tener un presupuesto diario. Pero sí le serviría un presupuesto mensual: puede comer afuera siempre y cuando esté dentro del estipendio mensual.
Lo importante, dice Cerf, es experimentar y tener cierta disciplina. Es una conclusión a la que llegó cuando, en sus estudios, se dio cuenta que tomar decisiones es, para la mayoría de la gente, bastante cansador. Todos los días tomamos unas 200 decisiones, aunque parezca mentira. Solo 200, dice Cerf, tienen que ver solamente con nuestros alimentos. Para maximizar los ahorros –y la felicidad– Cerf propone un método que elimine las dudas. Por ejemplo, él siempre pide el segundo plato que aparece listado en el menú de un restaurante así no tiene que decidir de acuerdo a sus inclinaciones.
Como el dinero es, casi siempre, un tema de mucho interés para las personas se dedicó a estudiar cómo poder minimizar, ahí también, la cantidad de decisiones que se toman en el día. Poder elegir una medida temporal, dice, permite a las personas eliminar el peso de la decisión respecto a si pueden o no hacerse de eso nuevo hoy o tienen que esperar a mañana. Ese es el camino, está seguro, para alcanzar más ahorros y poder reinvertir la diferencia.
Diario El Cronista
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)