Estados Unidos tomó esa decisión tras el arresto el miércoles de un empleado local de su consulado en Estambul por presuntos vínculos con los instigadores del fallido golpe de Estado de julio de 2016 en Turquía.

El 15 de julio ha sido declarado por el Gobierno turco como Día de la Democracia y de la Unidad Nacional, que será celebrado bajo el estado de emergencia que sigue vigente en Turquía desde el intento de golpe de estado.

El reportero está acusado de llevar a cabo propaganda “terrorista” y de incitación al odio en Turquía, unos cargos que Alemania ha tildado de “absurdos”.

“Fijaremos una fecha para que los dos presidentes se entrevisten en mayo”, antes de la reunión de la OTAN, dijo el ministro turco de Exteriores, Mevlüt Cavusoglu.

Un dirigente del partido socialdemócrata CHP se reunirá previamente con el presidente del Alto Consejo Electoral.

La oposición ya denunció “manipulaciones” y anunció que impugnará el resultado.

El mandatario turco aseguró que había abordado el tema con la primera ministra británica Theresa May y que responsables turcos estaban en contacto sobre el tema con sus homólogos en Estados Unidos y Gran Bretaña.

El gobierno turco decretó hoy el cierre de todas las escuelas militares, una medida que apunta a retomar el control de la formación de los oficiales.

Estaba previsto que el espectáculo “Blüm” se realizara del 16 de agosto al 17 de setiembre en Antalya. “No éramos capaces de garantizar la seguridad de nuestros empleados”, explicó la portavoz del Cirque du Soleil.

Todos son sospechosos de haber fomentado la sublevación a cuenta del predicador exiliado en Estados Unidos Fethullah Gülen, a quien el gobierno de Ankara acusa de dirigir una red “terrorista”.

El economista egipcio Mohamed El-Erian resalta aquí el papel importante de las redes sociales y los medios de comunicación durante el fallido intento de golpe de Estado al gobierno de Recep Tayyip Erdogan.

Las autoridades turcas multiplican los registros, deteniendo a militares y magistrados sospechosos de ser partidarios del predicador Fethullah Gülen, un exaliado de Erdogan al que acusa de estar detrás del golpe.

Cerca de 3,000 militares fueron detenidos en relación directa con la intentona golpista, y el jefe del gobierno turco aseguró que estos “cobardes recibirán la pena que merecen”.