Bloomberg.- Después de meses de preocupaciones entre los inversionistas, que golpearon desde la moneda de México hasta su perspectiva de inflación, la economía de la nación goza de una buena racha.
Un informe mostró el lunes que la tasa de inflación anual registró a principios de julio la mayor caída desde enero, lo que sugiere que el ritmo de los aumentos de los precios al consumidor finalmente puede estar estabilizándose después de un año de aceleración.
Otro indicador clave publicado el mismo día mostró que el crecimiento en mayo superó las expectativas de los analistas, y el Fondo Monetario Internacional elevó su previsión de crecimiento para 2017 días después que el principal subalterno de Christine Lagarde elogió la resiliencia de la economía.
Sume a todo esto la mejora a la perspectiva de crédito que anunció S&P Global Ratings el martes pasado, y las cosas repentinamente se ven un poco mejor para la segunda mayor economía de América Latina.
Este es el tipo de buena noticia que fue presagiada por los inversionistas que apostaron al peso, convirtiendo la moneda en la de mejor desempeño del mundo en 2017 después de comenzar el año con una caída a un mínimo histórico cuando Donald Trump se preparaba para asumir la presidencia y amenazaba con derogar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
“Vemos signos tempranos de que la inflación está alcanzando su punto máximo”, dijo Alberto Ramos, economista jefe para América Latina de Goldman Sachs Group Inc.
“El ruido en torno al comercio y la relación bilateral con EE.UU. ha disminuido significativamente”, dijo.
El aumento de las expectativas de inflación a principios de este año en medio de un alza de los precios de la gasolina y la caída del peso llevó al Banco de México, a diferencia de pares como Brasil y Rusia, a elevar la tasa clave en siete ocasiones consecutivas al 7%, el mayor nivel desde 2009.
Los encargados de política indicaron el mes pasado que el ciclo de ajuste llegó a su fin.
El peso ha fortalecido un 22%, traspasando 18 por dólar desde que Trump asumió el cargo el 20 de enero, impulsado por una disminución de las expectativas del fin del TLCAN o una renegociación que perjudique la economía de México.
Estados Unidos, México y Canadá se preparan a comenzar las conversaciones para renegociar el acuerdo comercial el próximo mes, y en los últimos meses funcionarios del gobierno de Trump han señalado que un eventual acuerdo podría beneficiar a los tres países.
Como resultado, México está siendo recompensado en el mercado de bonos. Los swaps de incumplimiento crediticio a cinco años cayeron el jueves al nivel más bajo desde marzo de 2015, una señal de la mayor confianza de los inversionistas en las perspectivas financieras de la nación.
Sin embargo, la economía mexicana aún no está totalmente a salvo. Las conversaciones sobre el TLCAN aún podrían traer inesperadas malas noticias o volatilidad del peso.
La tasa de inflación, aunque disminuyó a principios de julio, no bajó tanto como predijeron los economistas, y aún podría fluctuar hasta cerca del 6.5% en agosto, antes de desacelerarse a fin de año, dijo Ramos, de Goldman Sachs.
En general, el panorama ha mejorado significativamente desde el comienzo del año, cuando parecía posible que México perdiera el control de su moneda, lo que daría lugar a salidas de capital.