The Economist: Campus versus playa

El MBA a tiempo completo sufre la presión de las maestrías especializadas y la educación online.

Los críticos de los programas online afirman que nada es mejor que la inmersión que ofrece un campus.
Los críticos de los programas online afirman que nada es mejor que la inmersión que ofrece un campus.

La convicción de que los secretos del comercio pueden enseñarse en un aula, ya sea real o virtual, muestra pocas señales de desgaste. En Estados Unidos, se otorgan más maestrías en negocios que en cualquier otra disciplina —más de 189,000 en el año académico 2013-14—, y en todo el mundo es la más solicitada. En su mayoría, se trata de la maestría en administración de empresas (MBA), que cubre un amplio rango de aptitudes y que es casi un requisito obligatorio para todo aquel que desee convertirse en magnate.

Pese a ello, el MBA podría ser tema de un “case study”, pues el interés en la variedad a tiempo completo está menguando. El número de solicitudes de ingreso a la mayoría de programas está reduciéndose o estancándose, según la asociación de escuelas de negocios GMAC. El ranking de programas de MBA a tiempo completo de The Economist lo corrobora: hace cinco años, había 17 postulantes por cada vacante, pero este año hubo diez.

El MBA sufre presión desde dos frentes; de las maestrías especializadas, por ejemplo en finanzas o análisis de data, cuya popularidad está en ascenso, así como de la educación online. Los grados de especialización atraen a los nuevos graduados, muchos de los cuales todavía sienten los efectos de la Gran Recesión. Si bien el desempleo en los graduados universitarios en Estados Unidos ha regresado a los niveles previos a la crisis, el subempleo es más elevado: 12.6% frente a 9.6% en el 2007.

Esta situación ha hecho que muchos opten por extender su educación y aprender una disciplina especializada. Es el caso de la big data. El año pasado, el 94% de instituciones que ofrecen maestrías en áreas como análisis de negocios, tuvo un significativo aumento de postulantes. Han sido las grandes compañías las que promovieron estos programas, señala Daniel Wright, vicedecano de la escuela de negocios de la Universidad Villanova, en Pensilvania, porque los MBA tradicionales no cubrían satisfactoriamente disciplinas como la estadística.

Los expertos en MBA indican que los empleadores tienen hoy dos necesidades principales. Una es buscar gente que posea aptitudes de liderazgo y que proponga ideas sobre estrategia; la otra, es contratar graduados que puedan desempeñar tareas específicas y complejas. Así que tienden a explorar programas de MBA para la primera, y maestrías especializadas para la segunda.

No obstante, quienes se inclinan por los MBA, están eligiendo en número creciente los ofrecidos por Internet, que solían ser considerados un sustituto modesto del modo presencial, manejados por “fábricas de títulos” de las que unos pocos de los miles de inscritos se graduaban. Pero las cosas han cambiado y hoy, las mejores escuelas de negocios ofrecen MBA online y, de acuerdo con GMAC, su cantidad crecerá 9% el 2017.

Quienes se sienten más atraídos por los MBA online no son los millennials, que desean vivir la experiencia del campus, sino los de la generación previa, pues pueden combinarlos con sus empleos a tiempo completo.

El elevado costo del MBA tradicional le hace vulnerable frente a los grados especializados y al formato online. Por ejemplo, el MBA de la Escuela de Estudios Superiores de Comercio (HEC París) cuesta US$ 63,768 y dura 16 meses, mientras que su maestría en Finanzas Internacionales dura un año y cuesta US$ 34,082. Desde la recesión, la rentabilidad de la inversión —es decir, el sueldo— en un MBA tradicional y caro ha estado en declive.

Aunque algunos MBA online cuestan casi lo mismo que los de tiempo completo —como el de la Universidad de Carolina del Norte—, la mayoría son mucho más baratos. Muchos estudiantes de este programa están fuertemente vinculados a sus empleos y no habrían considerado seguir un MBA a menos que fuese virtual.

Michelle Middleton, gerenta de Operaciones de una aseguradora en Nueva York, dice que 28 años después de haber obtenido su bachillerato, regresar al campus para un MBA no era una opción, pero con la versión online podía completar sus clases en aviones, trenes y hasta en la playa. Mientras estudiaba, su empresa la promovió en dos ocasiones.

Los críticos de los programas online afirman que nada es mejor que la inmersión que ofrece un campus, donde los alumnos pueden mezclarse a diario con los profesores y con compañeros bien relacionados. Ese es un argumento de venta de las mejores escuelas de negocios. Las de mitad del ranking pueden tener dificultades para llenar sus MBA tradicionales, pero las que están en la cima no enfrentan escasez de postulantes.

En vista del aumento de los MBA, ahora es más importante impresionar a los empleadores asistiendo a una de las escuelas más valoradas. El decano de la escuela de negocios Tuck de la Universidad Darmouth, Matthew Slaughter, dice que por ese motivo, nada le convencerá de lanzar un MBA completamente online.

Para la mayoría en el sector, parece inconcebible que una escuela de negocios seria no ofrezca un MBA a tiempo completo. Pero en los últimos años, algunas de ellas, incluyendo las que figuran en el ranking de The Economist como la Universidad de Wake Forest, han abandonado sus programas emblemáticos y ahora solo ofrecen cursos a tiempo parcial.

Pronto, muchas más podrían desprenderse del enfoque tradicional, pues como reza el viejo dicho de los negocios, las organizaciones deben adaptarse pues si no, morirán.

Traducido para Gestión por Antonio Yonz Martínez
© The Economist Newspaper Ltd, London, 2016

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