CUESTIÓN DE CONFIANZA. El presidente del Consejo de Ministros, Fernando Zavala, presentó ayer ante el Congreso un pedido de cuestión de confianza a nombre de todo el Gabinete. Fundamenta su decisión en que el Parlamento ha evidenciado en las últimas semanas “la intención de socavar la política de Estado de educación que tiene como principales pilares la reforma por la calidad de la educación y la evaluación de los docentes”. Añade que la censura a Marilú Martens, que sumaría dos ministros de Educación en menos de un año, es una muestra de ello.
La decisión del Gabinete puede parecer desmesurada, pues estaría arriesgando la permanencia de todos los ministros por defender a Marilú Martens, quien ha cometido varios errores en su labor. Sin embargo, la decisión del premier es una reacción política para romper el cerco en que lo tiene Fuerza Popular, pues más allá de la crítica a las gestiones de los dos titulares de Educación de este Gobierno, desde el Congreso y, específicamente, desde el fujimorismo, no se ha presentado ningún proyecto de ley que busque mejorar la reforma educativa.
En momentos en que se vislumbran señales de reactivación, los efectos que esta decisión genere desde el punto de vista económico dependerán primero de cuánto tiempo se tome el Congreso para decidir sobre el pedido presentado. En caso se le niegue la confianza, el impacto dependerá de quienes elija PPK como ministros y la sostenibilidad que pueda tener un nuevo Gabinete.
Lamentablemente, el Parlamento podría demorar la votación del pedido de confianza tanto como quisiera, lo cual, sin duda, solo perjudicaría al país.
Desde el ámbito político, esta decisión pone en una etapa de tensa calma tanto al Poder Ejecutivo como al Legislativo, pues las consecuencias de sus decisiones pueden ser muy diferentes a las que están esperando.
Aparentemente, el que menos tendría que perder es el Ejecutivo, pues en su cálculo político debe haber considerado la opción del retiro de confianza que lleve a la caída de todo el Gabinete. En ese caso la pregunta es si tendrá la capacidad de renovar al Gabinete en el más breve plazo, pues demorar esta conformación le jugaría en contra. Por las declaraciones de algunos congresistas, principalmente de Fuerza Popular, se puede apreciar que no esperaban esta reacción del Gobierno, pero pasado el asombro inicial y luego de una noche de sueño deben estar repasando cómo mover sus piezas en este juego de ajedrez, para no perder posicionamiento sobre todo ante la opinión pública.