Roma (Reuters).- El presidente italiano, Giorgio Napolitano, fue reelecto hoy para un segundo mandato tras un acuerdo de última hora entre los principales partidos que acabó con la parálisis desatada por cinco votaciones parlamentarias previas sin acuerdo.
Con el apoyo de todos los partidos salvo el antisistema Movimiento Cinco Estrellas, que hizo un llamamiento a manifestarse contra lo que calificó de “golpe de Estado”, Napolitano ganó cómodamente la sexta votación, en la que le hacía falta superar el 50 por ciento de los miembros de las dos cámaras parlamentarias.
El jefe de Estado de 87 años, que había dicho que no quería repetir un segundo mandato de siete años, ya es uno de los de más edad del mundo. Podría no completar este periodo y dimitir después de que se solucionara la situación de parálisis creada por las elecciones de febrero, en las que ningún partido consiguió una mayoría clara.
“Me siento obligado a ofrecer mi disponibilidad, como se me ha pedido”, dijo Napolitano por la mañana, después de reunirse con el líder del centroizquierda, Pier Luigi Bersani, y el del centroderecha, Silvio Berlusconi.
Tras él, pero a gran distancia, quedó el académico de izquierda Stefano Rodota, propuesto por el antisistema Movimiento Cinco Estrellas.
Bersani anunció el viernes por la noche que dimitirá al frente del Partido Democrático en cuanto haya un jefe de Estado, después de que decenas de disidentes sabotearan los dos candidatos propuestos por él. También presentó su dimisión la presidenta del PD, Rosy Bindi.
El mandato de Napolitano concluía el 15 de mayo.
El líder del M5E, Beppe Grillo, convocó una manifestación en el exterior del Parlamento.
“Hay momentos decisivos en la historia de una nación”, dijo el antiguo comediante en un mensaje en su blog titulado “A todos los italianos”.
“Esta noche estaré delante del Parlamento. Me quedaré cuanto tiempo haga falta. Tenemos que ser millones”, agregó Grillo, que dijo estar convencido de que los grupos de centroizquierda y centroderecha han pactado gobernar en coalición para preservar el ‘status quo’.