Reuters.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que prohíbe realizar negocios con nuevas emisiones de deuda del Gobierno de Venezuela y de su petrolera estatal, en un esfuerzo por cortar los fondos que sostienen a la “dictadura” del presidente Nicolás Maduro, dijo el viernes la Casa Blanca.
La orden marca una significativa escalada en las recientes sanciones impuestas por Washington contra Maduro y funcionarios de alto rango de su Gobierno para castigarlos por su rol en socavar la democracia en el país petrolero, de acuerdo a la administración de Trump.
“Maduro ya no podrá sacar ventaja del sistema de financiamiento estadounidense para facilitar el saqueo al por mayor de la economía de Venezuela a costas del pueblo venezolano”, dijo el viernes el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin.
Por su parte, el presidente de Venezuela dijo que hará “anuncios muy importantes” para responder a las sanciones.
“Nos vamos a liberar de los chantajes del dólar, del financiamiento estadounidense, habrá que pasar por sacrificios para saber, pero hay que blindar al país (…) para romper todos estos mecanismos de bloqueo”, afirmó Maduro en un video que publicó en su cuenta en la red social Twitter.
El decreto prohíbe que los estadounidenses operen con nuevos bonos venezolanos, lo que dificultará la refinanciación de la fuerte carga de deuda de PDVSA.
Los inversores esperaban que la empresa buscara aligerar sus próximos pagos mediante tales operaciones, como lo hizo el año pasado, lo que usualmente requiere nuevas emisiones.
La medida podría acercar a la compañía a una posible cesación de pagos, o aumentar su dependencia de sus aliados China y Rusia, que ya han prestado a Caracas miles de millones de dólares.
La decisión también impide que la refinería de Venezuela en Estados Unidos Citgo Petroleum envíe sus dividendos al país sudamericano, dijo un funcionario de alto rango, en un nuevo golpe a las arcas de PDVSA.
La orden, sin embargo, no prohíbe el comercio de crudo, lo que habría remecido a la industria petrolera y habría sumido a Venezuela en una crisis económica aún más severa, en medio de escasez de alimentos y una galopante inflación.
La medida protege a los tenedores de mucha de la deuda existente del Gobierno de Venezuela y de PDVSA, que se mostraron aliviados porque las sanciones no fueron más allá. Los precios de los bonos de Venezuela y PDVSA operaban con alzas en la tarde del viernes.
Caracas, que dice que Washington busca sabotear su proyecto socialista para poner sus manos en las reservas de crudo venezolanas, criticó las sanciones al considerarlas como un esfuerzo para provocar una crisis humanitaria.
“Las sanciones financieras anunciadas hoy son quizás la peor agresión a Venezuela en los últimos 200 años (…) Quizás desde que el imperio español fue derrotado por nuestros libertadores”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Jorge Arreaza, en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
El Ministerio de Petróleo de Venezuela y PDVSA no estuvieron disponibles de inmediato para realizar comentarios.