Gestión.- La selección peruana logró el quinto lugar en la tabla de posiciones para ir a Rusia 2018 al finalizar las eliminatorias sudamericanas. El quinto lugar lleva a la selección al repechaje, en este caso con Nueva Zelanda.
Sin embargo, existen algunos obstáculos que enfrentará Perú antes del partido y uno de ellos es el jet lag o el síndrome de cambio de zona horaria.
Los vuelos a Nueva Zelanda duran más de 24 horas por las largas escalas que en la mayoría de los casos son en Chile o Estados Unidos. Entonces, ¿cómo enfrentar el cansancio de un viaje tan largo?
En un artículo de Financial Times, Charmane Eastman, un especialista en ritmos biológicos del Rush University Medical Center en Chicago, que ha estudiado el jet lag durante años recomienda alterar lentamente su horario de sueño antes de viajar con el fin de aliviar el jet lag al momento de llegar a su destino.
Diferencia horaria
Nueva Zelanda tiene una diferencia de 18 horas con Perú y generalmente los vuelos incluyen escalas largas que pueden generar agotamiento en los jugadores.
En el hipotético caso que el primer partido sea a las 02:00 a.m. del lunes 6 de noviembre (hora peruana), los jugadores nacionales deberán adaptar sus horas de descanso, comidas y entrenamientos a este cambio horario.
Entre los principales efectos de un cambio de zona horaria se pueden padecer adormecimiento de una parte o la totalidad de alguna extremidad, entumecimiento muscular y rigidez articular, así como un mayor riesgo de deshidratación por el bajo grado de humedad relativa en el interior del avión.
El equipo técnico de la selección peruana debe entonces plantear una rutina que permita tener el menor impacto posible en los seleccionados.
Jet lag vs. Messi
Un claro ejemplo de la importancia de este cambio es Lionel Messi, quien trató de evitar el jet lag durante la última fecha de las eliminatorias, según el diario AS.
Messi se integró a los entrenamientos de su selección dos días antes para evitar el cambio brusco de zona horaria adecuando los vuelos a su hora de sueño.
Según el diario AS, Messi -al igual que Mascherano- no voló en la mañana del lunes (como la mayoría de seleccionados argentinos) sino que lo hizo en la noche de ese mismo día para que así pudiera dormir durante todo el trayecto a Buenos Aires.
Hidratación es clave
Especialistas señalaron al diario deportivo español Marca, que se debe ingerir suficiente líquido, procurando evitar las bebidas gasificadas, estimulantes o alcohólicas (café, té, colas, cerveza, etc.). Antes y después del trayecto es aconsejable comer de forma ligera, evitando comidas con exceso de grasas y picantes.
A Gestión, Fernando Lizárraga, neurólogo de la Clínica Internacional, señaló que se pueden evitar las consecuencias del jet lag tomando en cuenta acciones en tres etapas: antes, durante y después.
Así, semanas antes del vuelo de largas horas, se debe de comer sano y hacer deporte, afirma. Además, el experto no recomienda tomar pastillas para dormir antes de subir al avión: esta medida solo alteraría las horas de sueño, pero no hará que el ritmo circadiano se regule.
Mientras que Carlos Manrique, director médico de Bombicino Diagnósticos de Argentina, afirmó al diario La Nación que durante el vuelo, “se recomienda cambiar la hora del reloj y poner la del lugar de destino”. Esta medida ayudará a asimilar mentalmente el cambio de horas.
Finalmente, después de que el avión aterrice, es aconsejable exponerse al sol cuanto antes. “Así el cerebro ‘se da cuenta’ que es día y puede regularse adecuadamente”, según Lizárraga.
De otro lado, Manrique recomienda no hacer ejercicios durante los primeros dos días. Y, en caso lleguen de noche, lo mejor es tratar de dormir normalmente.
