Chinalco, minera de capitales chinos, aseguró al Financial Times que un 77% de las familias alrededor del proyecto cuprífero Toromocho están de acuerdo con mudarse a Nueva Morococha, ciudad construida por la minera con capacidad para recibir a los 3,500 pobladores del distrito.
Morococha, distrito de la provincia de Yauli, en Junín, es el lugar donde la compañía invertirá US$ 2.2 mil millones para desarrollar Toromocho y su planta de procesamiento. Para reubicar a esta poblicación, Chinalco estima que la inversión necesaria es entre US$ 150 y US$ 200 millones.
“El problema es que no todos están listos para mudarse de inmediato. Marcial Salomé, el alcalde, ha desafiado a Chinalco y ha dicho que no se mudará a menos que obtenga lo que, según cree, se le debe al pueblo”, indicó el artículo.
Salomé, sin embargo, aclaró que “no está en contra de la reubicación”, pero quiere cambiar los términos de la mudanza. Él, junto a ese 23% que no está dispuesto a dejar su hogar, piden que Chinalco les garanticen puestos de trabajo en la mina y una compensación de US$ 300 millones por destruir su ciudad. “Este es nuestro hogar. Necesitamos defender lo nuestro”, agregó el funcionario.
La publicación inglesa destacó que la posición de Salomé forma parte de una serie de tensiones sociales que representan un gran reto para “las aspiraciones peruanas de destronar a Chile como primer productor de cobre a nivel mundial”.
“El gobierno admite que hay más de 200 conflictos, con otros a punto de estallar. Estos incluyen no solo a Minas Conga, sino también a las operaciones en el proyecto Tintaya-Antapaccay, de Xstrata, en Cusco”, indicó el reportaje.