Acuerdo Transpacífico agudiza diferencias entre demócratas

La disputa en torno a la campaña de Barack Obama para que lo autoricen a negociar por la vía rápida del “fast track” un acuerdo de libre comercio entre 12 naciones de la cuenca del Pacífico refleja las profundas divisiones que hay entre los demócratas.

(AP).- Cuando Barack Obama dijo que Elizabeth Warren, senadora del ala más liberal del Partido Demócrata, era “una política como cualquier otra”, sacó a relucir fisuras que preceden las hostilidades actuales en torno al comercio libre en el oficialismo.

Si bien han sido aliados en otros temas, Warren ha sido un obstáculo en la administración de Obama ya desde antes de su llegada al Senado, desde los días en que presidió una comisión encargada de supervisar el rescate de los bancos tras la crisis del 2008.

Pero la disputa en torno a la campaña de Obama para que lo autoricen a negociar por la vía rápida del “fast track” un acuerdo de libre comercio entre 12 naciones de la cuenca del Pacífico refleja las profundas divisiones que hay entre los demócratas en relación con un tema clave.

Esas divisiones están aflorando en el Congreso de Estados Unidos, donde las peleas entre el ala moderada de los republicanos y el tea party han dado paso a batallas entre demócratas.

Ahora son los republicanos los que disfrutan viendo a los demócratas tirarse dardos entre ellos mismos y tratan de sacar el mayor provecho de la situación.

“La energía de la gente de Elizabeth Warren tiene la voz cantante”, afirmó el miércoles el líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, en declaraciones a NBC. “Las principales divisiones por estos días no se dan entre los republicanos sino entre los demócratas”.

La solicitud de Obama de permiso para negociar por la vía de “fast track”, por la cual el Congreso puede aprobar o rechazar el acuerdo que negocie el gobierno, pero no enmendarlo, se encarriló nuevamente el miércoles luego de un incómodo revés sufrido el martes, en que solo un demócrata aprobó un pedido de autorización para iniciar el debate sobre el comercio a pesar de que una docena apoya los objetivos centrales.

Libre comercio
Los demócratas han desconfiado siempre de los pactos de comercio libre, a los que atribuyen la pérdida de trabajos y poca supervisión de su cumplimiento. Warren y sus aliados van más allá todavía y se quejan de que Obama está negociando un acuerdo en secreto, comprometiendo la soberanía nacional, y de que podría dar marcha atrás con algunas normas financieras de Estados Unidos.

“Está muy equivocada”, sostuvo Obama en una entrevista con Yahoo! difundida durante el fin de semana. “Elizabeth es una política como cualquiera, que quiere hacerse oír”.

Ese comentario fue tildado de “irrespetuoso” por parte del senador demócrata Sherrod Brown, uno de los principales aliados de Warren. “Creo que el presidente no tendría que tomarse esto como alto tan personal”, agregó.

Otras diferencias
Es de notar que no es la primera vez que surgen divisiones entre los demócratas en torno al comercio libre y que en el pasado siempre fueron superadas.

Mitch Stewart, asesor de Obama en las campañas presidenciales del 2008 y el 2012 que ahora colabora con organizaciones a favor del comercio libre, restó importancia al impacto a largo plazo de la pelea entre el presidente y Warren, pronosticando que esa relación va a sobrevivir.

La disputa, no obstante, se produce en un momento muy inoportuno para Hillary Rodham Clinton, quien como secretaria de Estado de Obama dijo alguna vez que las negociaciones sobre el pacto transpacífico eran “el patrón a seguir” en el campo del comercio.

Ahora, como aspirante a la presidencia, la ex primera dama se muestra más ambigua y no ha apoyado explícitamente el acuerdo, a pesar de que se le pide que fije una posición clara sobre el tema.

Warren, ex profesora de Harvard, irrumpió en Washington tras la debacle financiera del 2008 y promovió vigorosamente las protecciones para el consumidor. Fue nombrada presidenta de una comisión legislativa bipartidista que supervisó el manejo de un fondo que ayudó a las instituciones financieras a salir de la crisis.

El secretario del Tesoro de entonces Tim Geithner desestimó sus críticas, diciendo que eran “mayormente injustificadas”.

“Las audiencias en torno al fondo parecían más bien interrogatorios pensados para YouTube que indagaciones serias”, escribió Geithner en su libro “Stress Test”. “Se interesaba en las cosas importantes, pero se dedicaba a impugnar nuestras decisiones, así como nuestra integridad y nuestra competencia, más que a identificar posibles alternativas”.

Objeción a Weiss
Más recientemente, Warren enfureció a la Casa Blanca al objetar la postulación de Antonio Weiss a un alto cargo de la Secretaría del Tesoro. Warren opinó que este agente de inversiones de Lazard tenía demasiados vínculos con Wall Street.

Weiss quedó fuera de la contienda y fue finalmente nombrado asesor del secretario del Tesoro Jack Lew, cargo para el que no se necesita la confirmación del Senado.

La propia Warren había vivido una experiencia similar cuando no consiguió los votos necesarios en el Senado en el 2010 para ser confirmada como directora de la recién creada Oficina de Protección Financiera del Consumidor. Obama la nombró entonces asesora especial del presidente para que trabajase con Geithner a título interino.

Un año después, en el 2012, con la ayuda del asesor de Obama Pete Rouse, Warren lanzó su candidatura al Senado y Obama la apoyó durante su campaña.

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