(Bloomberg).- El gobierno del presidente Mauricio Macri cedió después de que se canceló una huelga bancaria de 72 horas la noche previa a la fecha de inicio programada, y aceptó un aumento salarial retroactivo para los trabajadores del sector que pone en peligro la capacidad del banco central para cumplir su ambiciosa meta de inflación.
El gobierno, los bancos estatales y los privados acordaron con el sindicato de trabajadores bancarios un aumento del 19.5% que se produce después de un acuerdo para aumentar los salarios un 4% con el objetivo de compensar la pérdida de poder adquisitivo del año pasado.
Eso equivale a un aumento compuesto total del 24.3%, dijo el sindicato en un comunicado en su sitio web. El acuerdo incluye una cláusula de activación que automáticamente aumenta los salarios si la inflación supera el 19.5%.
El resultado supone un revés para el gobierno, que esperaba que las negociaciones salariales de este año siguieran el ejemplo de la provincia de Buenos Aires, donde en diciembre se negoció con los trabajadores estatales un aumento salarial del 18% que incluyó una cláusula de activación similar como red de seguridad.
La compensación retroactiva ganada por los trabajadores del sector bancario se convertirá en el nuevo punto de referencia para otras negociaciones salariales y dificultará que el banco central alcance su meta de inflación del 17%, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, economista jefe de la firma Ecolatina, con sede en Buenos Aires.
“Establece un modus operandi que puede repetirse en el resto del sector privado”, dijo Sigaut Gravina. “El problema para el banco central es que se fijó un objetivo que es muy, muy difícil de cumplir”.
La inflación comenzó a desacelerarse en la segunda mitad del 2016, permitiendo que el banco central alcanzara un objetivo ajustado de un promedio de 1.5% al mes. Sin embargo, los precios subieron en la primera parte del año, lo que sitúa la inflación anual en el 41% al cierre del año, según un índice elaborado por la ciudad de Buenos Aires.
Es demasiado pronto para esperar que Argentina adopte un enfoque exclusivamente orientado hacia el futuro de las negociaciones salariales, dado el historial de alta inflación de su economía, dijo Andrés Borenstein, analista de BTG Pactual en Buenos Aires
“A la larga todo va a ser prospectivo, pero vivimos en un mundo retrospectivo y va a haber un período de adaptación”, dijo Borenstein.