¿En el análisis de la demanda de servicios mineros, Buenaventura Ingenieros S.A. (Bisa) percibe un gran interés de nuevas mineras junior en el país?
Sí. Hay muchísimas empresas que apuntan a venir a Perú: algunas las hemos contactado. Ahora ya no podemos esperar a que vengan, sino ir a las oficinas en sus países. Incluso, hay entidades gubernamentales que vienen a buscar oportunidades. Japón, por ejemplo, tiene un programa de este tipo.
¿En qué consiste esa búsqueda?
El gobierno japonés apoya a sus empresas, haciendo exploraciones en diferentes lugares. Nos contratan para hacer evaluaciones geológicas y cuando el resultado es interesante, llevan los proyectos a su país para proponérselos a los inversionistas.
¿Cuántas mineras junior quieren venir a Perú?
Del sondeo que hemos hecho, solo en Canadá hay un universo de 300 empresas junior que están interesadas en Perú y todavía no han venido. Eso lo puedes notar en estos grandes congresos como la PDAC en Toronto.
¿Y Bisa cuántos clientes junior tiene en su cartera?
Entre 12 y 15 empresas, con quienes estamos trabajando exploración, medioambiente y minas. También nos traen sus muestras para evaluar los hallazgos. Es una actividad donde el estudio científico es muy importante, porque las mineras junior tienen un capital que, probablemente, sea todo lo que inviertan para saber si hay o no minerales.
¿Qué proyecto emblemático tuvieron a cargo?
El proyecto Corihuarmi de Minera IRL. En el 2007, esta minera australiana, cuando áun era junior, nos encargó la ingeniería, la selección de equipos y el gerenciamiento de la construcción (EPCM, en el argot de la consultoría).
Es decir, nos hicimos cargo de todo y acabamos su proyecto en la fecha deseada, porque ya no tenía más capital. Eso le permitió coger la ola de precios elevados del oro y recuperar su inversión en menos de un año. Así Minera IRL dejó de ser una junior y pasó a otro escalón.
¿La relación es igual con las grandes mineras?
Todavía no. Si vemos los proyectos más grandes como Quellaveco, Las Bambas, Toromocho o las ampliaciones de Antamina y Cerro Verde, han optado por hacer su ingeniería con empresas internacionales y fuera del Perú. Aún no tienen confianza en las empresas locales, pero Bisa está entrando poco a poco a las grandes ligas.
¿Cómo se están acercando a los grandes proyectos?
Hicimos el estudio de factibilidad de la ampliación de Shougang. Igualmente, estuvimos en la ampliación de la planta de El Brocal. Y ya estamos construyendo un lote de edificaciones para Las Bamba. También vamos hacer trabajos para Antamina y Cerro Verde.
¿Y cuándo piensan asumir un megaproyecto?
En unos cinco años esperamos hacerlo sin ningún tipo de apoyo. Estamos hablando de proyectos donde se invierten más US$ 3,000 millones. Hay que reconocer también que hay un déficit de profesionales en el Perú.
¿La falta de mano de obra es el principal limitante?
Sí. Se necesitan entre 6 mil u 8 mil ingenieros para cubrir esta demanda de megaproyectos y en BISA somos unos 800. Y así juntemos todas las consultoras peruanas, faltan manos. El reto es impulsar la oferta de profesional para unirla con la gran demanda de proyectos.