La región está sacudida por temas de corrupción. ¿Que sugerencias daría para fortalecer el Estado de derecho?
Quisiera aclarar que soy estadounidense, y si bien ahora hablaremos de América Latina, también se podría hablar de Estados Unidos, donde también hay varios problemas de corrupción. Pero sobre A.L., creo que va en la dirección correcta. La impunidad va en franco descenso no solo en Brasil, sino también en Chile, Perú, Colombia, que son los países donde se han visto más detenciones por esos casos.
¿Y el impacto en la economía?
Me parece que elegir entre crecimiento económico y lucha contra la corrupción es una falsa elección. Creo que para avanzar en el aspecto económico hay que luchar contra la corrupción y punto. El nivel actual de corrupción sistémica no es compatible con la democracia y con una economía en el siglo XXI.
¿Por qué cree eso?
Básicamente porque ha habido dos fenómenos que hacen que la corrupción sea más fácil de detectar. La primera es el avance de la democracia, la maduración de las democracias en toda la región. Tenemos solo dos países en la región que no son democráticos, Cuba y Venezuela. Y esa es una historia que no se cuenta tanto en A.L., pero creo que merece admiración. Los poderes judiciales han ido avanzando, adquiriendo más capacidad técnica y más independencia. Eso mezclado con los avances tecnológicos, como la habilidad de rastrear grandes transferencias de dinero y nueva legislación financiera mundial, básicamente hacen que la corrupción sea más fácil de detectar y punir.
¿Y el otro factor?
Por otro lado, tienes una clase media en América Latina que ha crecido más de 50 millones en los últimos 15 años. Perú y Brasil son países donde porcentualmente se ha visto más crecimiento, y no es casualidad que la lucha contra la corrupción haya producido más resultados en esos países.
¿Ve un mayor avance en la lucha contra la corrupción en Perú y Brasil?*
Si. Pero yo atribuyo gran parte de eso al crecimiento de las clases medias. La clase media en A.L. y el mundo está menos dispuesta a tolerar corrupción. Hace 20 años cuando eran países más pobres, los temas eran más básicos. El hambre y desempleo eran las prioridades de la sociedad.
¿Qué pasa con las tensiones entre instituciones en la lucha contra la corrupción?
La justicia tiene que ser independiente y apolítica. Y desafortunadamente ese no es siempre el caso. En el caso de Brasil, ha habido esfuerzos para entorpecer a los fiscales y jueces principales y la gran mayoría de esos esfuerzos han fracasado. Y es en parte porque la unidad que maneja el caso Lava Jato tiene una independencia y una forma de actuar avanzada de muchos méritos. Si otros países tratan de imitar a Brasil sin tener las instituciones sólidas, todo puede acabar en una persecución política.
¿Qué medidas se podrían implementar para que otros países se asemejan a la lucha contra la corrupción en Brasil??
La solución es fácil, pero a veces políticamente difícil de implementar. Deberíamos ver realmente independientes y autónomos a los ministerios públicos y a los magistrados. También tiene que haber cooperación jurídica directa entre ministerios públicos sin interferencias del Poder Ejecutivo y también formación de equipos de investigación que tengan las medidas técnicas y jurídicas que ellos necesitan para investigar y para comprender y desmantelar las organizaciones criminales, como por ejemplo el uso de colaboración premiada. Pero esas son reformas fáciles de decir, pero difíciles de llevar a cabo, especialmente si un Gobierno está en situación de crisis.
La población se está cansando del proceso y quiere dejar atrás toda la crisis. ¿Qué hacer?
Esa es la pregunta del momento. Lo que se ve en Brasil es curioso. El apoyo a la operación Lava Jato llega a 80%. Pero la cifra tiene matices. Por otro lado, la gente ya no sale a las calles para protestar a favor de Lava Jato, y si se habla con los brasileños, ellos expresan apoyo al proceso, pero también el deseo de avanzar y escapar de la crisis política económica y el escándalo de corrupción.
Yo diría que la responsabilidad queda en las manos de los políticos.
¿Puede haber una especie de acuerdo a fin de poner paños fríos para frenar investigaciones en Brasil?
Sí. Puede haber un acuerdo de ese tipo. Pero no lo veo probable. Porque si lo hace un presidente con un 3% de imagen positiva como Michel Temer, ahí sí que se va a ver gente en las calles al día siguiente.
¿Qué hacer cuando la lucha contra la corrupción acentúa la desaceleración?
Es el caso de varios países latinoamericanos. Pero muchos dicen que es un mal necesario. Creo que ahora es el momento para que América Latina enfrente la corrupción.