Un reciente reporte del Banco Mundial propone a China un programa de cambios integrales que proporcionará al país las herramientas necesarias para avanzar hacia una urbanización eficiente, inclusiva y sostenible.
El Banco Mundial recomienda a China que afronte la degradación del medioambiente y otros problemas causados por la rápida urbanización realizando cambios sistemáticos en la forma de la distribución de las tierras, las personas y el capital en todo el país.
“Las reformas propuestas acelerarán el traslado de las industrias hacia ciudades secundarias de China, reducirán la presión de la migración sobre las grandes ciudades y finalmente generarán salarios más altos para sus ciudadanos y un crecimiento más equitativo” según Axel van Trotsenburg, Vicepresidente de la Oficina Regional de Asia oriental y el Pacífico del Banco Mundial.
Con ciudades más eficientes y con mayor densidad de población -en vez de un mayor tamaño-, China podría ahorrar US$ 1,400 billones en gastos en infraestructura, lo que equivaldría al 15% del PBI obtenido en el 2013.
El reporte plantea la posibilidad de que las ciudades necesiten subsidios temporales para hacer la transición desde el sistema de registro de los hogares “hukou” (también denominado “huji”) a uno basado en el lugar de residencia, que les permita proporcionar en el futuro servicios públicos básicos a 260 millones de migrantes.
Desafíos urbanísticos en China
El informe resalta ineficiencia de la expansión urbana, aumento de la desigualdad y daños al medioambiente.
Expansión urbana: la cantidad de terrenos urbanos destinados a la construcción aumentó un 58% en una década, alcanzando los 41,805 kilómetros cuadrados en 2011. China deberá encontrar 34,000 kilómetros cuadrados –aproximadamente el tamaño de los Países Bajos– para absorber el crecimiento urbano en los próximos diez años si la tendencia continúa.
Desigualdad: debido a la conversión de la tierra rural, se deteriora la distribución de la riqueza en China, que ya se aproxima ahora a los niveles más altos en comparación a otros países. El 10 % más rico de los hogares chinos posee el 85 % de los activos totales del país, junto con el 57 % del ingreso total.
Daños al medio ambiente: la expansión de ciudades de baja densidad demográfica, no es ambientalmente sostenible. La contaminación del aire presenta un costo para China de hasta US$ 300,000 millones al año.
Programa integral propuesto por el Banco Mundial
Para abordar aquellos desafíos, el informe insta a llevar a cabo una reforma integral en seis áreas, especialmente en la administración de la tierra, el manejo ambiental y las finanzas locales.
“El informe conjunto ayudará a guiar la inevitable urbanización de China hacia un resultado que signifique una mejor calidad de vida para los ciudadanos chinos”, dijo Klaus Rohland, director a cargo de las operaciones del Banco Mundial en China.
El elemento clave es la tierra. El uso más eficiente de ésta, junto con un sistema de registro más sólido y una mayor indemnización para los residentes rurales, podría dar lugar a ciudades con una mayor densidad poblacional, reduciendo al mismo tiempo la brecha entre las áreas rurales y urbanas.
También disminuiría el uso de la energía y los automóviles en las ciudades, y aumentaría la disponibilidad de tierras para la producción agrícola y la sostenibilidad del medioambiente.
Esto además frenaría la dependencia de los gobiernos locales del financiamiento basado en la transacción de tierras y limitaría el riesgo de endeudamiento no regulado.
El informe también sugiere que China establezca un mercado de bonos municipales para impulsar el financiamiento local, explicando que una igualdad de condiciones desalentaría el sistema bancario paralelo, mejoraría la calidad del financiamiento mediante deuda de los gobiernos locales y respaldaría la transparencia y la innovación financiera.