La situación financiera de Chipre ha fijado un precedente único en la historia de la Unión Europea (UE): intentó gravar a sus ahorristas para rescatar a los bancos. Carlos Casas, exviceministro de Economía e investigador de la Universidad del Pacífico, aseguró que de no lograr el apoyo de Rusia o la UE para reducir su deuda de 17,000 millones de euros, los chipriotas tendrían regresar a su moneda anterior y devaluarla.
Con ello, el país isla ubicado en el Mediterráneo oriental quedaría fuera de la zona euro y afectaría también a Rusia, ya que gran parte de los depósitos en los bancos chipriotas proviene de sus ahorristas. Casas explicó que, además, se sospecha que mucho de ese capital podría ser resultado del lavado de dinero.
De ahí que, en un inicio, el Gobierno de Chipre propusiera imponer un impuesto a los ahorristas, puesto que se consideraba el usar parte de ese dinero de “dudosa procedencia” para obtener el rescate financiero de 10,000 millones de euros, ofrecido por el FMI y el resto de miembros del bloque europeo.
¿Qué alternativas tiene Chipre para lograr refinanciar su deuda, que llega al 95% de su PBI? Casas explicó que una de las opciones, aparte del impuesto a los depósitos de ahorros, es un cofinanciamiento con el Estado, ya que este ofrecería acciones de un reciente descubrimiento de gas a los ciudadanos, para que recuperen su inversión y, a la vez, los bancos puedan recapitalizarse.
Plan B
Ayer en la noche, el Gobierno chipriota aprobó lo que llamó el “plan B”, que no tocará los ahorros bancarios, ya que esta propuesta recibió el masivo rechazo de la prensa y la ciudadanía. Si bien con esta medida se elimina el riesgo de corridas financieras que contagien al resto de países en crisis, aún queda pendiente la aprobación de la troika (FMI, UE y el Banco Central Europeo).
Chipre necesita aportar al menos 5,000 mil millones de euros para recibir un rescate financiero, por lo que su ministro de Economía acudió a Rusia para pedir un préstamo. ¿Cuál sería el peor escenario? Que ni Rusia ni la Unión Europea apoyen a la isla y esta se vea obligada a regresar a su antigua moneda (peso chipriota).
Si devalúan su moneda, el valor de sus pasivos disminuirá, pero dejará un peligroso “precedente que podría repercutir en toda la zona euro”, señaló Casas. El “plan B”, por el momento, solo indica que un fondo de inversión y una reestructuración bancaria serán clave, pero no se ha definido cómo ni la cantidad ni cómo se financiará ese fondo de inversión.