(Reuters).- El grupo de las 20 principales economías del mundo (G20) aprobó un paquete de medidas para combatir la evasión fiscal corporativa, aunque continúan las dudas sobre si los países llevarán la iniciativa hasta las últimas consecuencias o seguirán dando espacio a las fisuras que las multinacionales suelen aprovechar.
Los ministros de Finanzas del G20 acordaron respaldar las propuestas delineadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que apuntan a modificar normas que datan de hace casi un siglo sobre impuestos que gravan las ganancias obtenidas del comercio internacional.
Los ministros lograron el acuerdo a pesar del contexto de preocupación por el débil crecimiento económico, los problemas financieros de muchos gobiernos y los informes de medios sobre esquemas impositivos usados por grandes empresas como Starbucks y Google, que han generado malestar público en Europa y Estados Unidos en los últimos años por la evasión fiscal que implican.
“Esta es una respuesta de personas que no pueden soportar más que pagan su parte de los impuestos y contribuyen con la consolidación fiscal mientras las compañías -especialmente las multinacionales- pueden evadir al fisco”, dijo a Reuters el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
La práctica de la llamada “erosión de la base imponible y el traslado de beneficios” (BEPS, por su sigla en inglés) ha permitido que las empresas saquen las ganancias de un país donde obtienen el dinero y lo lleven a jurisdicciones como Luxemburgo, Irlanda o Bermudas, donde esa utilidad no es gravada.
El acuerdo respaldado por los ministros del G20 el jueves por la noche apunta a cerrar las brechas y fisuras de la normativa internacional vigente.
La OCDE dijo que una estimación conservadora de la cantidad de dinero no gravado que las compañías trasladan a paraísos fiscales era de entre US$ 100,000 y US$ 240,000 millones anuales, lo que sugiere la pérdida de decenas de miles de millones de dólares en ingresos fiscales.