INSISTENCIA. Uno pensaría que el fallo de la Corte Suprema que declara la inconstitucionalidad parcial del D.S. 005 hubiese terminado con las pretensiones del Ministerio de la Producción (Produce) de reservar las primeras 10 millas marinas para la pesca no industrial. Sin embargo, el viceministro de Pesquería, Paul Phumpiu, ya ha adelantado que su sector va a hacer “todos los esfuerzos normativos” para defender el reordenamiento.
Como se recordará, el D.S. 005 pretende crear una franja entre la milla 5 y la 10 –donde pueden pescar los industriales- exclusivamente para la pesca de embarcaciones de menor escala, aquellas con una capacidad de bodega entre 10 m3 y 32.6 m3, siempre y cuando destinen su captura al consumo humano directo (CHD). La sensibilidad de esta zona, según Produce, radica en que es precisamente en esta franja donde se concentra la mayor población de anchoveta juvenil, lo que pone en riesgo la biomasa de la especie si se deja en manos de los industriales.
El primer problema en el accionar de Produce, sin embargo, es que hasta ahora no existe ningún sustento técnico que compruebe su hipótesis. Esta es justamente la razón por la que la Corte Suprema falló en contra.
El segundo problema de la norma es que se estaría sustituyendo un rígido sistema de control -el actual sistema de cuotas que se aplica a la pesca industrial- por, básicamente, nada. A pesar de su propuesta, Produce no tiene cómo controlar la cantidad de anchoveta que pescan las embarcaciones de menor escala, y menos aún, tiene cómo saber si están siendo dirigidas para el CHD. Para ello tendría que tener un sistema de control y rastreo satelital que no solo acompañe a la embarcación durante la pesca en el mar, sino también durante la venta del producto en tierra. Pensar que solo por ser embarcaciones de menor escala no representan un real peligro para la biomasa o que por ello destinarán su producto al CHD, sacrificando rentabilidad de por medio, simplemente parece ingenuo.
Produce todavía tiene un plazo hasta el 15 de diciembre para enmendar estos errores que delatan su improvisación y empujar un reordenamiento sustentado y viable. Al final, lo que todos queremos es un recurso sostenible en el tiempo del cual nos podemos beneficiar.