(AFP) El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció este viernes que mantiene “por ahora” su previsión de crecimiento de 0,2% este año en Brasil, pero que acompaña de cerca la aguda inestabilidad política en el gigante sudamericano.
Acosado por denuncias de corrupción, el presidente Michel Temer aseguró que no renunciará, pero una investigación judicial en su contra provocó un fuerte sacudón en las finanzas, al punto que la bolsa de Sao Paulo tuvo que interrumpir temporalmente sus operaciones al caer más de 10%.
En un informe publicado este viernes en Washington, el departamento para el Hemisferio Occidental del FMI mantuvo la previsión de crecimiento de 0,2% para el PBI brasileño este año, que ya había estimado en abril.
Es “demasiado prematuro para evaluar las consecuencias de eventos que aún están desarrollándose”, dijo el director de ese departamento, Alejandro Werner, en una conferencia de prensa en Sao Paulo.
Werner señaló que la “volatilidad aumentó ayer (jueves) en respuesta a eventos recientes”, en referencia a la incertidumbre sobre la continuidad de Temer al frente del gobierno y la renuncia de un ministro del gabinete.
“Estaremos acompañando de cerca la situación en las próximas semanas para evaluar si precisamos alterar nuestra proyección. Por ahora mantenemos la proyección” de un crecimiento de 0,2%, reiteró el economista.
Hace apenas un mes, durante la reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, había expresado su impresión de que la mayor economía latinoamericana parecía haber “hecho la curva” después de dos años de recesión.
“Gracias a medidas que fueron anunciadas, y algunas de ellas ya aplicadas, parece que la economía de Brasil ha hecho la curva, y mejorará en 2017 y en 2018”, había dicho Lagarde en la capital estadounidense.
Brasil experimentó un fuerte retroceso de 3,8% de su Producto Bruto Interno(PBI) en 2015 y en 2016 la caída fue de 3,6%, en una secuencia de dos años de recesión que constituyen los peores resultados de la serie histórica iniciada en 1948.
Sin embargo, ya en esa misma conferencia de prensa, Lagarde había señalado que el éxito de los esfuerzos para combatir la corrupción era de importancia “crítica”.
La espiral de crisis política en Brasil se radicalizó en la noche del miércoles cuando se divulgó información de una grabaciòn en la que supuestamente Temer avala comprar el silencio de un ex diputado preso por corrupción.
A pesar de la insistencia de Temer en que no renunciará, su supervivencia política depende ahora del apoyo del Congreso, también acorralado por incontables denuncias de corrupción contra sus principales dirigentes.