Hace unas semana, Arturo Woodman renunció a su cargo como representante de la Municipalidad de Lima a la Comisión Organizadora de los Juegos Panamericanos Lima 2019 por algunas discrepancias con los demás miembros de dicha organización.
A su renuncia, se sumó también la de José Arista, presidente Ejecutivo de la Comisión que era el encargado de manejar el dinero y las licitaciones para las obras de infraestructura.
Woodman comentó en Canal N que en este tipo de eventos no todo es unidad. “Algunas cosas son importantes que se resuelvan algunas obras emblemáticas: El primero es el espigón para los deportes de remo y ski. Es un espigón que se haría en la Perla – Callao. Todavía no está decidido o definitivo si se hará. Con esto se podría crear una playa de casi 2 kilómetros en la zona. Sería una lástima que no se haga esta obra”, mencionó.
En segundo lugar – precisó- está el tema de la organización. “Se está hablando de algo que no coincido que se tiene que contratar a 10 – 12 gerentes con un currículum con el que no contratarían a peruanos; y sería con sueldos bastantes altos que distorsiona el sueldo que se le paga a los peruanos”, cuestionó.
En su opinión, no se necesita contratar gerentes para manejar la organización, sino simplemente se necesita asesoría en protocolo para recibir a los deportistas.
“Se puede hacer (la organización) con la gente que está en la Copal y con gente que se pueda contratar. Perú no es un país que no haya hecho eventos de calidad y puede perfectamente hacerlo”, sostuvo.
Pese a esto, rescató dos puntos positivos que se han dado en los últimos días. El primero de ellos es que el Congreso dispuso de 600 millones de soles para los Juegos Panamericanos Lima 2019 – y en el cambio de Gobierno tendrá que ampliarse esta cifra- y como segundo lugar, el presidente de Copal esté saliendo a promocionar el evento deportivo que se realizará en nuestro país.