El caudal de los principales ríos y el nivel de las lagunas más relevantes vinculadas a la generación de energía eléctrica están bastante por debajo de sus valores promedio, advirtió la consultora Macroconsult.
“En enero, cuando revisamos los caudales de los principales ríos de la costa, nos encontramos con que el Rímac y el Chillón presentaban fuertes anomalías negativas. Sin embargo, con datos al 11 de mayo de 2016, el caudal del río Rímac se ha normalizado y de hecho presenta una anomalía positiva de 11%”, explicó.
Agregó que con esta recuperación, los problemas de abastecimiento de la capital fueron superados, aunque el río Chillón no ha recuperado sus valores normales y a la misma fecha presenta una anomalía negativa de 44%.
Otros ríos de la costa con anomalías negativas importantes son Piura (-92%) y Jequetepeque (-53%) en el norte; Mala (-93%) en el centro; y Ocoña (-60%) y Camaná (-49%) en el sur.
Según Macroconsult, la generación hidroeléctrica alcanza 30% del total en el país, por lo que todo lo que ocurra con los ríos y lagunas que alimentan las plantas es clave para el funcionamiento pleno de las centrales hidráulicas, tales como las de Edegel (Santa Eulalia) y Electroperú (Mantaro).
En el caso del caudal del río Mantaro se observa que durante las semanas que han corrido de 2016, se encuentra siempre por debajo del promedio y en la semana 18 (la última reportada), se encuentra 30% por debajo del promedio semanal de los 11 años previos.
Unido a ello, se observa que el volumen almacenado en el lago Junín (que es el más importante) que alimenta la Central Hidroeléctrica del Mantaro, el nivel de agua en la semana 18 está 19% por debajo del promedio y esta situación genera problemas en la producción eléctrica de la central.
“Si quitamos el dato anómalo de febrero, cuando la producción creció 54%, entre julio de 2015 y abril de este año, la producción ha caído a una tasa anual de 1.3%, mientras que la producción eléctrica total crece por encima de 10%”, dijo la consultora.
El río Santa Eulalia, que alimenta las centrales hidroeléctricas de Edegel (Callahuanca, Huampaní, Huinco, Matucana y Moyopampa), presenta una caída de 41% de su caudal frente al promedio, aunque las lagunas alimentadoras de las centrales solo tienen un nivel 3% inferior al promedio de los últimos 11 años.
“A pesar de ello, la producción eléctrica de estas centrales tiene una caída de 6.8% anual entre julio de 2015 y abril de 2016. En ese sentido es necesario seguir monitoreando el comportamiento de los ríos y lagunas y estar preparados para contingencias”, señaló la consultora.
Consecuencias
Las consecuencias de la disminución de la disponibilidad de agua serían:
1. Mayor producción de las centrales térmicas, que tienen costos marginales más altos.
2. Afortunadamente contamos con el gas de Camisea y las centrales eléctricas que lo consumen para evitar riesgos sobre el suministro, en un contexto en el que la demanda muestra poco crecimiento.
3. Si bien la entrada de estas centrales térmicas eleva los costos marginales, su efecto será bastante acotado ya que en los últimos años se redujo notablemente por las condiciones de sobreoferta que se han detectado en el mercado.
4. Los consumidores finales no se verían afectados por esta situación pues la actualización de tarifas no está vinculada directamente al costo marginal.
5. La menor provisión de agua en esas cuencas sí puede afectar la agricultura. Como se comentó, varios ríos de la costa tienen anomalías negativas por encima de 50%. A esta preocupación se suman algunos reservorios por debajo de 50% de su capacidad (Aguada Blanca, Aricota, Dique Los Españoles, Pasto Grande, Tinajones y Paucarani).