Las mineras estarían pasando por un momento crítico para la gestión de riesgos. Fernando Gámiz, director de Risk Consulting de KPMG, advirtió que ante la caída de los metales aumenta la vulnerabilidad al fraude o corrupción.
“Estadísticamente, en las economías en crisis aumentan los casos de fraude. La gente se anima más porque la percepción de descontrol es más grande. La industria minera debe tener bastante cuidado en este aspecto”, alertó
La minería –remarcó- está naturalmente más expuesta al fraude porque se trabaja con productos de alto valor, los controles son remotos entre la sede y la planta donde opera, y se debe interactuar con comunidades indígenas.
El especialista recordó además que, según Transparencia Internacional, en las economías con actividad minera la percepción de corrupción es más alta, ubicándose Perú a la mitad del ranking.
El experto explicó que otro factor de vulnerabilidad es la tercerización servicios como construcción, excavación, remoción de escombros, entre otros, donde pueden generarse conflictos de interés. Ello –advirtió- genera sobrecostos porque se factura por horas-hombre no trabajadas o material que nunca se entregó (o que el proveedor no hizo directamente).
“Se manipulan los procesos de adjudicación para favorecer a propósito a una empresa. También puede entregarse material por debajo de la calidad o cantidad requerida”, detalló.
Cambio
En este contexto, resaltó, las mineras han abandonado la clásica posición reactiva hacia una preventiva, es decir, ya no esperan detectar la falta para actuar. “Ahora son más proactivas y están elaborando planes de prevención”, acotó.
“Muchas mineras con operaciones en Perú cotizan en Nueva York o Londres, donde son muy estrictos sobre el pago de favores. Por ello debe ser sumamente cuidadosos. Los reguladores son muy severos. Hubo un caso con Morgan Stanley por pago de favores en México, pero demostraron que habían actuado correctamente en la prevención. Solo por ello evitaron la multa personal y la cárcel”, agregó.