Mover las tasas de encaje para lograr objetivos de política monetaria es un mecanismo efectivo y que va directo a un objetivo, como un rayo láser dirigido a atacar un problema específico. Así lo explicó Jorge González Izquierdo, profesor de la Universidad del Pacífico.
Esta herramienta, que en la teoría se llama “macroprudencial”, posee ventajas sobre la tasa de interés de referencia porque esta última tiene efectos más generales sobre la economía, en lugar de atacar un aspecto particular.
“En el Perú, hay mucha ‘agua’ entre la tasa de referencia y el resto de la estructura temporal de tasas de interés. Como el mercado de capitales no está tan desarrollado, la movida de tasas de referencia creo que no es tan efectivo”, sostuvo.
En ese sentido, el experto indicó que, históricamente, la tasa clave del BCR no ha logrado alinear y guiar a los tipos de interés de mediano y largo plazo, de modo que su efectividad es limitada.
Efectos del encaje
González Izquierdo anotó que la reducción de las tasas de encaje cumplen un rol expansivo en la economía y que tendría tres consecuencias sobre la actividad peruana.
El primer efecto, es que aumentaría la liquidez para que los bancos hagan colocaciones. Esto hará que crezca el crédito en el sistema bancario, lo cual redundará en que haya un mayor consumo e inversión. De este modo, se impulsaría la actividad económica.
Segundo, es que se desmontarían las distorsiones en el sistema financiero, ocasionadas por las subidas previas de los encajes.
Específicamente -dijo-, el sistema financiero se haría más eficiente, habría una caída en las tasas de interés activas (que los bancos cobran por los préstamos) y además subirían las tasas pasivas (que se pagan a los depositantes por sus ahorros).
En tercer lugar, habrá una mayor liquidez en soles. Esto hará que el dólar se vuelva más escaso, en términos relativos respecto al sol. Esta escasez impulsaría al alza el precio de la divisa verde.