Pablo Secada: "Para mejorar la gestión pública hay que aplicar palo y zanahoria"

Para el economista principal del IPE, el Estado se ha convertido en el peor enemigo del desarrollo económico del país. Además, considera que ha llegado el momento de que la nueva clase emprendedora se involucre en la gestión.

<strong>Posición.</strong> Secada cree que el sector público necesita una urgente auditoría de recursos humanos. (USI)
Posición. Secada cree que el sector público necesita una urgente auditoría de recursos humanos. (USI)

Luis Hidalgo Suárez
lhidalgos@diariogestion.com.pe

Hay consenso en que la economía peruana seguirá creciendo sin problemas en los siguientes años. ¿Pero qué se requiere para garantizar el crecimiento a largo plazo?
Se tienen que hacer las reformas pendientes. Y la madre de estas reformas es aquella que logre que la institucionalidad en el país sea más sólida, porque sin ella la sociedad no conseguirá avanzar ya que ni siquiera sabe a dónde tiene que ir (en teoría eso se conoce como que las preferencias sociales no son estables y no se resuelven los problemas de acción colectiva)

¿A qué reformas institucionales se refiere?
Ya no va a ser esa gran reforma del Estado que se planteó en 1994 y que fracasó. Ahora podría avanzarse parcialmente en elementos de esa reforma, no en grandes cosas, pero sí en aspectos esenciales. De hecho se está haciendo, pero es insuficiente. Los avances se deben a algunos emprendedores políticos en el Estado (por ejemplo, en el Midis), pero nada asegura que esos avances continúen cuando cambien a esos actores.

¿En qué componentes de esta reforma considera que se puede avanzar?
Por ejemplo, en aplicar gestión por resultados, que se está usando en algunos sectores, pero que debería ser potenciado.

La meta de este Gobierno es avanzar hasta el 100% el presupuesto por resultados que ya se aplica…
Aplicar gestión por resultados implica que haya evaluaciones de impacto (y otras evaluaciones) y que en función de los resultados se modifiquen o reformulen los programas públicos. Esto se ha hecho, pero en pocos casos, por ejemplo en el Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (Pronaa); hay que aplicar eso a más sectores y bien.

¿Por qué no se hace?
Actualmente no cuenta con apoyo político, es una reforma que se la tendría que comprar el Congreso, que es la entidad que debería estar exigiendo indicadores de desempeño y evaluaciones de la labor pública.

¿En qué otros componentes de la reforma del Estado se podría avanzar?
En las Asociaciones Público-Privadas (APP) para impulsar los proyectos de inversión porque ese esquema no está caminando.

Tambien en rendición de cuentas (hoy no hay ni siquiera una ley que exija a los ministros a ir al Congreso al menos una vez al año para rendir un reporte de gestión).

También hay que avanzar en la reforma electoral; en las reforma de los partidos políticos, del Poder Judicial; en el servicio civil.

¿Pero el programa Servir que se ha estado aplicando no ha caminado?
Servir es un buen concepto, pero ahora están con la idea de la Escuela Nacional de Administración (ENA). No es una buena idea porque implica que haya una sola escuela que enseñe a todos los gerentes del Estado y el que no sale de allí no entra (en Francia, de donde se ha tomado el modelo, prácticamente todos los ministros provienen de la ENA), cuando es más simple dar becas y que los chicos elijan en qué universidad (nacional o extranjera)hacen su maestría de gestión pública.

También hay otras reformas pendientes más complicadas como las de educación, salud. ¿Qué hacer en esos casos?
La reforma institucional del Estado es la madre de todas las demás reformas, sin ella no se puede avanzar en salud, educación, innovación e infraestructura.

Muchos coinciden en que hoy el mayor enemigo del desarrollo económico del Perú es el Estado. ¿Qué opina?
Coincido totalmente. Sin Estado ningún país se puede desarrollar. El Perú ha avanzado mucho porque había retrocedido mucho (en lo institucional) y porque tenemos un país de emprendedores (que es la nueva clase que ha emergido en estas últimas décadas, que se ha forjado una riqueza importante y tiene buena formación profesional), pero si esta nueva clase media que se está consolidando (los emprendedores más los antiguos ricos reciclados, no rentistas) no interviene en los asuntos públicos y con ello no hay una mejora sustancial en las intervenciones del Estado, no vamos a avanzar más.

¿Qué se tendría que hacer desde el Estado para fomentar esa mayor intervención?
Lo que yo haría es enfrentar, dentro del Estado, a los grupos de interés que generan y permiten rentas y que paran o demoran una serie de proyectos (concesiones). A esos hay que sacarlos o neutralizarlos.

¿Qué se necesitaría para ello?
Decisión política para neutralizarlos; evaluaciones ex post de la inversión pública porque un recurso de esos señores es afirmar que la inversión privada es más cara que la inversión pública. También es necesario diseñar bien los proyectos de inversión pública y para ello se necesitan buenos asesores o consultores.

¿Para eso se necesita cambiar normas, leyes?
Las normas están, pero se podrían cambiar algunas cosas. Por ejemplo, la ley de APP podría hacerse ley orgánica para blindarla y que esta establezca que tiene que haber evaluación de los proyectos ejecutados y que los proyectos sean asesorados por consultores privados que hayan ganado ese cargo por concurso público.

La gestión pública es deficiente a todo nivel del Estado, más en los gobiernos locales y regionales. ¿Qué hacer en esos casos?
Para mejorar la gestión pública hay que aplicar palo y zanahoria. Palo significa que no se les dé presupuesto tan fácilmente. Ahora están acostumbrados a que cada año se les dé 20% más, digamos, de presupuesto a cambio de nada. Se les puede dar eso y más, pero en APP si lo hacen bien. Además, el Estado central tiene que darles la mano a los gobiernos regionales y locales que están haciendo bien las cosas, con asistencia técnica para diseñar los proyectos, dándoles más recursos presupuestarios (esto es la zanahoria).

Muchos funcionarios no toman decisiones por temor a las denuncias. ¿Qué hacer en ese caso?
Se tiene que crear un fideicomiso judicial, poner dinero en un fondo para pagar los juicios que enfrenten los empleados públicos por desempeñar sus funciones.

También se necesita una auditoría de recursos humanos, una evaluación de los empleados públicos para saber con qué recurso humano se cuenta, si están en los puestos correctos, cuánto se les paga, etc.

¿Qué se lograría con esa auditoría?
Entre otros, se lograría, por ejemplo, distinguir a los tipos de empleados públicos que tenemos: los que reman, los que mantienen su puesto sin comprometerse a nada ni arriesgar nada, y los corruptos.

A los que actúan positivamente (los que reman) se les mejorarían sus condiciones laborales y sueldos, bajo una lógica de carrera pública, de servicio civil. Y adicionalmente serviría para captar nuevos profesionales en la nueva línea de carrera.

*¿Y cómo se detecta a los corruptos? *
Detectar a los corruptos no es un trabajo de la Contraloría. Los corruptos del sector público no son tontos, nunca van a hacer algo que sea ilegal. Por ello en estos casos es imprescindible la auditoría. Los contralores de un banco de inversión (el auditor) sí saben hacer este trabajo.

*Una vez descubiertos, ¿qué hacer con los corruptos? *
Una vez detectados los corruptos hay que despedirlos, por más nombrados que estén porque son personas que, por ejemplo, pueden estar filtrando información sobre licitaciones, etc.

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