Las vacilaciones, marchas y contramarchas que caracterizan en los últimos meses al Gobierno de Ollanta Humala están conduciendo, peligrosamente, hacia un letargo en las decisiones de inversión privada de gran envergadura, cuyos efectos también podrían reflejarse en el crecimiento económico en los próximos años.
Hasta la fecha, más de 110 grandes proyectos de inversión están demorando en ser concesionados o en iniciar sus operaciones por trabas del Gobierno. De este total, 27 son iniciativas del sector minero por US$ 27,288 millones, 40 corresponden al sector hidrocarburos y 44 a obras de infraestructura.
Empresarios y economistas ya vaticinan que si el impulso a la nueva inversión pública y privada camina con la misma lentitud que se observa en los últimos 12 meses de la administración de Humala, no hará falta una crisis externa para que el país deje de crecer a tasas cercanas a su potencial (6.5%) en los próximos años: bastará que no se anuncien o dejen de iniciarse nuevos proyectos públicos y privados de envergadura.
Incertidumbre
La falta de decisión respecto a qué hay que hacer para que el tren de la economía siga rodando sobre el riel, partiría desde la máxima autoridad del Poder Ejecutivo (Ollanta Humala), con sus intenciones sobre otorgar un mayor rol al Estado en la economía y no apoyar políticamente varias reformas, como el servicio civil del Estado, cuyo proyecto desde fines del año pasado avanza lentamente en las comisiones del Congreso.
Actualmente, el Gobierno se ha enfrascado en decisiones controvertidas, como la compra de los activos de Repsol, intención de fijar límites a la tenencia de tierras, eventuales cambios a la legislación laboral de la agroexportación, mayor regulación laboral y ambiental, que generan ruido sobre las expectativas empresariales. Hay que recordar que el 80% de la inversión total corresponde al sector privado.
En los 21 meses del Gobierno de Ollanta Humala, no ha habido un anuncio de inversión de un nuevo proyecto minero de envergadura.
El año pasado se anunció un “shock en la gerencia pública”, pero hasta ahora no se observan sus efectos.
Lo más preocupante es que las indefiniciones del Gobierno ocurren pese a que el déficit de infraestructura asciende a US$ 88,000 millones.
PARA RECORDAR
El caso del Ceplan. Otra evidencia de que el Gobierno no tiene claro hacia dónde debe ir el país son los continuos cambios de liderazgo introducidos en el Ceplan, encargado de hacer el Plan Estratégico Nacional. En sus 21 meses, el Gobierno ha cambiado hasta tres veces al jefe del Ceplan, al ritmo del cambio del primer ministro.
LAS CLAVES
Perspectiva del MEF
Retraso. Hay un proyecto presentado por el Ejecutivo a fin de agilizar las expropiaciones que se tienen que realizar en las concesiones otorgadas. La iniciativa fue enviada al Congreso el año pasado y aún no se aprueba.
Reforma del Estado. El proyecto de servicio civil fue enviado a fines del 2012 al Parlamento por el Ejecutivo y el MEF espera que recién esta semana ingrese a la fase de dictamen en las comisiones del Congreso.
Miedo. Los proyectos de inversión se traban a nivel de funcionarios de tercer y cuarto orden en el Estado, pues hay mucho miedo en los ministerios de tomar decisiones, según el MEF.
Banco de datos. Se ha creado un comité en Proinversión para evaluar los 40 mil proyectos que tiene el Estado a fin de determinar cuáles pueden ser sujetos de participación privada.
Road show. Se realizará una difusión a nivel de los gobiernos regionales del programa de obras por impuestos y se buscará atraer también a las empresas extranjeras que operan en el país para que utilicen este mecanismo. En el MEF hay preocupación de que la economía se enfríe.