En el contexto electoral y de bajo crecimiento de hoy, preocupan algunas propuestas de los principales candidatos a la Presidencia. ¿Cuál es su opinión?
Es saludable que los candidatos presidenciales empiecen a discutir sus propuestas, pero estas deberían, primero, tener cierta coherencia en el sentido de que haya vinculación entre los objetivos de la política económica que plantean y los instrumentos factibles (deben haber tantos instrumentos como objetivos). Otro requisito, quizás más importante para nuestro país, es que digan cuáles son los miembros de su equipo económico, el probable presidente del BCR, sus ministros.
Yendo a las propuestas planteadas en la reciente CADE, ¿qué conclusión le dejaron estas?
Casi todos coinciden en afirmar que la economía nacional puede recuperar el ritmo de crecimiento del 2001-2012, es decir, alrededor del 6%. Esto, seguramente, es una oferta electoral, pero es materialmente imposible que pueda alcanzarse.
¿Por qué no?
Las razones son conocidas. Primero, porque somos una economía pequeña y bastante abierta al mercado internacional y, por lo tanto, muy dependiente de las condiciones internacionales. Un estudio del FMI muestra que en las economías emergentes alrededor del 55% del comportamiento del PBI está explicado por factores internacionales. Un trabajo similar que estoy terminando indica que en el caso peruano ese porcentaje es de un 60%.
Entonces, pensar que podamos crecer a 6% en los próximos años, en un ambiente externo sustantivamente distinto (y adverso) al del 2011-2013 es tan improbable como que vayamos al Mundial de Fútbol del 2017. Es más fácil que antes vayamos a un Mundial a que recuperemos esa tasa de crecimiento de 6%.
¿Está diciendo que pasarán al menos 8 años para recuperar un crecimiento del 6%?
Claro, porque el periodo 2001-2011 fue excepcional, el valor de nuestras exportaciones se cuadruplicó y los términos de intercambio se duplicaron, eso nunca había pasado antes, y es muy probable que no vuelva a pasar, y fue ese contexto externo el que permitió un crecimiento de 6%. Como no se va repetir, el crecimiento del Perú debe volver a la normalidad.
¿Y cuál es ese nivel normal?
En mi opinión personal, yo diría que es 3%.
Volviendo a las propuestas, en el campo fiscal preocupan aquellas que hablan de expandir el gasto fuertemente, o de bajar impuestos…
He visto consenso (en la CADE) de que se hace necesaria una política fiscal expansiva. En algunos casos, se habló de utilizar totalmente el Fondo de Estabilización Fiscal (FEF), que son unos US$ 10,000 millones; o de bajar las tasas impositivas. Y todos hablaron de la importancia de la inversión pública para reactivar la economía. La discusión es si es posible una política fiscal expansiva permanente por cuatro o cinco años.
¿Y es posible o no?
Lo veo complicado. En aumentar la inversión pública posiblemente haya holgura, en parte porque tenemos recursos acumulados tanto en las regiones, municipios como en el Gobierno central que no se han gastado, pero esto da respiro, sin complicar las cuentas fiscales, por dos o tres años, más allá es complicado.
En cuanto a la inversión pública, la propuesta que está primando es impulsar las asociaciones público-privadas (APP).
La impresión que tiene la gente a primera vista es que las APP son más inversiones privadas que inversiones públicas, pero en realidad muchas de estas APP tienen más de inversión pública que de privada, y a la larga son obligaciones del Estado que hay que ir contabilizando casi como deuda pública. Entonces, habría que cuidar cuánta deuda contingente tiene el Estado producto de estas APP.
¿Y qué opina de la propuesta electoral de bajar impuestos?
En un contexto en el cual ya han bajado los ingresos por recaudación desde el 2013 al 2015, y posiblemente también en el 2016, eso es mucho más aventurado. Lo más probable es que cuando las nuevas autoridades asuman el Gobierno piensen más bien en cómo subir las tasas impositivas antes de cómo seguir bajando estas. Entonces, veo muy complicado bajar impuestos porque a nuestra economía le falta Estado y hay gasto que el Gobierno todavía debe hacer.
En cuanto al FEF, se ha observado cierta ambivalencia en el MEF. ¿Se deben usar los recursos del FEF para un impulso fiscal, y cuánto?
Para ser consistentes y no ir cambiando las leyes a cada rato, hay que procurar que el FEF se utilice para lo que fue creado, para ser utilizados en casos complicados, de emergencia. El FEF no es una fuente de financiamiento normal, corriente, de la que se pueda hacer uso cuando la economía está creciendo a 3% o 4%. Entonces, también hay que tener cuidado con esas iniciativas que piden usar estos recursos.
¿Y cómo ve las propuestas expansivas en el campo monetario?
Tampoco hay mucho margen. El crecimiento de la economía se podría impulsar bajando la tasa de interés para inducir el gasto privado, pero en un contexto internacional como el actual que hace que el dólar tienda a encarecerse, y cuando la inflación peruana ya está por encima del 4% anual, esta propuesta ya se torna muy compleja: cómo hacer que la reducción de la tasa de interés del BCR impulse la economía, sin que ello haga subir un poco más el tipo de cambio y que no baje la inflación a su rango meta.
Entonces, tanto en materia fiscal como en el campo monetario, los márgenes para las políticas económicas son limitados para el 2016.
La pregunta que se cae de madura es ¿qué hacer, entonces?
Ideas sobran, pero es necesario ponerles contenidos concretos a las propuestas.
¿Y ve ese contenido en las propuestas electorales?
Cuando ya no hay tema de conversación lo que se saca de la manga, en el caso de mis amigos de la derecha, es: hay que hacer reformas estructurales y mejor si son de segunda generación. En realidad, no tengo claro qué son reformas estructurales, quisiera que expliquen cómo estas reformas afectan directamente a la demanda agregada, al consumo a la inversión, al gasto público o a las exportaciones, o cómo modifican directamente el producto potencial.
¿Puede dar un ejemplo de lo que refiere?
Se dice que estas reformas fomentan la inversión privada. Pero el FMI, otra vez, en un estudio ha encontrado que para América Latina, y para el Perú, que el principal determinante de la inversión privada es el precio de las exportaciones. La inversión privada comenzará a levantar cuando esos precios lo hagan.
¿Y cuándo será eso?
Según las proyecciones del BCR y del FMI, entre el 2011 y 2015 el precio de las exportaciones ha caído casi en 25% y en el 2016 seguirían cayendo, y posiblemente se estabilicen alrededor del 2017 o 2018. Entonces, en línea con la investigación del FMI, la inversión privada seguirá cayendo en el 2016 y se estabilizaría (crecimiento cero) en el 2017 o 2018.
¿Y qué se propone desde la izquierda?
Dicen que cambiando el modelo económico neoliberal puede recuperarse el ritmo de crecimiento del 6%. Acá la explicación es más complicada, porque lo que he escuchado es que ellos están planteando una reforma constitucional y no entiendo cuál sería el canal para que una reforma como esa recupere los espíritus animales de la inversión privada y esta comience a crecer.
¿Y qué propondría usted?
Habría que pensar en iniciativas más concretas como las que ha iniciado el Ministerio de la Producción, pero de una manera más selectiva.
Se refiere al plan de diversificación productiva…
Sí, pero más selectivo. La clave, creo, es impulsar aquellas actividades que tienen demanda actual (y no solo potencial) tanto en el ámbito externo (exportaciones) como en lo que se refiere a sustituir importaciones. No le tengo miedo a esa idea de elegir a los ganadores, de hecho el Perú eligió al sector minero como ganador en el Gobierno de Fujimori, con incentivos, tratamiento privilegiado, y le fue más o menos bien en minería.
Yo estoy pensando, por ejemplo, en impulsar la industria forestal. Entre el 2011 y 2012 la construcción creció 15% o 20% al año y este sector es intensivo en madera y esta fue importada. Entonces, acá hay un sector inmenso para sustituir importaciones.
Pero en el Perú hablar de sustitución de importaciones trae malos recuerdos, se liga a industria protegida que desarrollamos entre los 70 y 80…
No, nada de eso, se trata simplemente de impulsar, apoyar actividades que tengan mercado actual adentro y afuera.
Volviendo a las propuestas de los candidatos, ello afirman que estas van orientadas a aumentar la productividad y por ahí la competitividad…
Una reforma estructural que tuvo consenso en la CADE fue flexibilizar el mercado laboral, pero cómo es que esta reforma va a elevar algún componente de la demanda (consumo, inversión exportación); es decir, cómo reduciendo el salario mínimo real o facilitando los despidos eso va a reactivar la economía. Este debate es antiguo, en realidad, depende del efecto neto sobre la demanda, y la teoría más moderna de los salarios eficientes platea que a salarios reales más altos se incentiva la productividad. Entonces, el impacto de esta propuesta no es nítido.
Una propuesta común de los candidatos es disminuir la informalidad, pero las medidas que se platean difieren bastante entre sí…
Efectivamente, para solucionar este problema plantean, otra vez, flexibilizar el mercado laboral, o bajar impuestos, etc. Lo más sólido que he leído en este tema es el trabajo del profesor Adolfo Figueroa que contempla una economía dual: una parte moderna con alta productividad y otra con muy baja productividad (informal como se dice ahora). Y la experiencia internacional dice que el sector informal se achica en la medida que el sector moderno crece a tasas altas, se capitaliza y absorbe al otro sector. Entonces la receta es crecer, crecer y crecer, para que desaparezca el sector informal.
Igual se puede decir de la pobreza. Y, además, con mayor crecimiento también crece la recaudación, con lo cual se pueden hacer programas sociales, desarrollar infraestructura. Pero el crecimiento no llega a todos los rincones y hay gastos que se deben proteger.
EN CORTO
Miembros del Consejo Fiscal
Designación. El Gobierno acaba de designar a los cinco miembros del Consejo Fiscal, creado en ocasión del cambio de regla fiscal (que se basaba en el déficit fiscal observado y ahora en el déficit estructural). Figuran Richard Webb, Waldo Mendoza, Carolina Trivelli, Claudia Cooper y Javier Escobal. Y como presidente de dicho consejo por cuatro años a Waldo Mendoza.