¿Celoso por no ser el “favorito” de su jefe?

Cuando el líder prefiere a un miembro del equipo puede crearse una sensación de injusticia que la empresa debe controlar.

César Antúnez de Mayolo
Profesor de la Universidad del Pacífico

Hace tiempo que le ha solicitado a su jefe, no solo más recursos, sino tiempo para que puedan reunirse. Todavía no consigue su cometido. Sin embargo, ha notado que algunos de sus colegas ya han obtenido esos beneficios. No solo eso, también observa que existe una gran confianza entre sus “partners” y su superior.

No sabe si atribuir esa conexión -que usted no tiene- solo a estilos de pensamiento o también a empatía y química. En las reuniones de trabajo, ellos suelen sacar las mismas conclusiones y observaciones. Se ríen generalmente de lo mismo y comparten ciertas aficiones, como el ser hinchas del mismo equipo o participar en maratones.

A esos otros colegas, su jefe les está asignando mejores proyectos y entrenamiento que a usted, y uno de ellos fue recientemente ascendido.

Joseph Folkman, en su libro “The Inspiring Leader”, estudió el comportamiento de más de 160,000 empleados en EE.UU. Identificó a un 6% de la muestra como “decepcionado” con su trabajo, quienes tenían el más bajo nivel de satisfacción y compromiso. Entre las principales razones para su frustración, ellos reportaron “favoritismos” de sus jefes.

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¿Más para otros y menos para mí?
La mayoría de los jefes no tratan a sus empleados por igual. Desarrollan mejores relaciones con algunos y no tan buenas con otros. Cuando las relaciones de un jefe y subordinado son buenas, es probable que lo trate mejor y le asigne encargos más atractivos.

Amistad y favoritismo laboral
Es natural que uno haga amigos en el trabajo, pero cuando se trata de una relación jefe-subordinado, los favoritos pueden ser vistos no solo como “amigos” del jefe, sino de la propia empresa.

Subjetividad que trae arbitrariedad
Tener un preferido no es lo mismo que caer en favoritismos hacia él. El problema se da cuando algunos jefes tienden a actuar según preferencias personales hacia algunos subordinados, favoreciéndolos sobre otros.

Decisiones de contratación, incrementos de sueldo, promoción, evaluaciones de desempeño y de asignación de encargos de trabajo podrían caer en la arbitrariedad y generar sensación de injusticia.

En empresas con indicadores personalizados, evaluaciones de 360º y procesos de gestión del desempeño sistemáticamente implementados, se hará más difícil que el favoritismo devenga en injusticias.

Líderes que arruinan
En una encuesta hecha por Harris Interactive entre más de 2,000 trabajadores de diversas empresas en EE.UU., dos de cada diez entrevistados reportaron que en alguna oportunidad sus jefes arruinaron sus carreras, con decisiones como disminuir o congelar incrementos de sueldo. Los afectados no suelen ser los favoritos de los jefes. Decisiones como esas no arruinan una carrera, pero en momentos clave pueden ser críticas.

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