No es lo mismo un emprendedor que un pequeño empresario. Según la revista Forbes, un emprendedor puede ser un empresario pequeño, pero no sucede lo mismo a la inversa: no todo dueño de una iniciativa empresarial es un emprendedor.
Y es que el emprendedor es innovador, y lo apasionan las ideas tanto como una ejecución realista. A continuación, cuatro rasgos que distinguen esta categoría de personas que son sus propios jefes.
1. Sin miedo al salto, pero medido
Este tipo de personas no le temen a soñar y dar pasos arriesgados para realizar sus sueños. Pero su valor está en que esos saltos de fe no son ejercicios apasionados, sino riesgos calculados. Ese equilibrio entre audacia y realidad es la clave del éxito.
2. A negocio que madruga…
Puede sonar a imposición, pero levantarse temprano es un rasgo de los emprendedores exitosos. Aunque Forbes aclara que eso no cierra la puerta de la empresa propia y rentable a los noctámbulos, lo cierto es que usted deberá aprender a acostumbrar a su cuerpo a empezar temprano, aunque le cueste.
3. Don de gentes es natural en ellos
Llámelo carisma o llegada, el don de gentes es esa capacidad para ganarse a las personas. Y no necesariamente por su conocimiento del rubro en el que se mueve su negocio (que se trate de venta de ropa o suministro de piezas eléctricas), este tipo de personas logran ganarse a sus colaboradores y clientes con su personalidad.
Aunque es un rasgo natural, un futuro emprendedor puede obligarse a cultivar herramientas de comunicación que lo ayuden a lograr ese “no sé qué” artificialmente. Fingir con gracia es tan meritorio como el auténtico carisma.
4. Hay que ser duro de piel
Un emprendedor exitoso tiene la piel dura, casi curtida. Y es que hay que ser de alta resistencia si se quiere durar al frente de una empresa exitosa.
Forbes explica que aquel que no está acostumbrado al rechazo constante, mejor que vaya escribiendo su CV y preparándose para ser un asalariado.
El rechazo llegará de potenciales socios, de clientes ganados que rechazan una idea. Y eso cuenta como aprendizaje. No hay lugar para los sensibles en el mundo emprendedor.
Si un “no” lo derrota, es mejor repensar la estrategia. De hecho el “no” debe ser su mejor amigo.
EL DATO
Aunque Sangre A es un tipo ficticio, el emprendedor exitoso pertenece a una minoría con ADN distinto que lo hace único. Eso no se aprende.