El desarrollo de las personas en el ámbito profesional exige que se puedan seguir actualizando y especializando para poder lograr mejores beneficios económicos.
Hay varios factores que se deben analizar para tomar la mejor decisión. Estas son algunas pistas para llegar al programa idóneo.
1. ¿Es indispensable? Si bien hay empresarios exitosos que nunca estudiaron un máster, hoy el mercado laboral exige que los postulantes a cargos directivos tengan una formación más allá del pregrado. Además, aunque estudiar un máster no garantiza un ascenso, Fernando Barranzuela asegura que el grueso de los egresados del MDGE recibió más responsabilidades en sus empresas al terminar sus estudios.
2. Qué programa. Barranzuela explica que los posgrados se dividen, básicamente, en dos grandes grupos: los generales y los especializados. En el primer caso, los profesionales apuntan a obtener un cargo directivo o a formar su propia organización, mientras que en los máster especializados los estudiantes van a complementar su formación de pregrado, como en un curso de extensión.
3. Edad. En general, los programas de máster exigen que sus alumnos tengan, al menos, 30 años. En el MGDE, la edad promedio se ubica en los 38 años; cifra que ha ido bajando en los últimos años, asegura Barranzuela. No obstante, existen varios programas dirigidos a recién titulados con un buen perfil académico.
4. Posición laboral. El momento ideal para estudiar un máster dependerá del perfil del profesional. Por ejemplo, Barranzuela apunta que las maestrías de especialización pueden estudiarse inmediatamente después de obtener el grado bachiller o licenciado. En cambio, en las maestrías de dirección de empresas hará falta que el profesional tenga de cinco a diez años de experiencia laboral y, al menos, dos años dirigiendo personas.
5. ¿Presencial u online? Hoy la oferta en el mundo de los posgrados es amplia. No obstante, el catedrático aconseja evaluar los objetivos del profesional. Si se busca generar una red de contactos con los otros alumnos para futuros negocios, el modo presencial es el ideal; para temas técnicos, la flexibilidad de horarios del formato online es lo mejor. “En los máster de dirección, el 70% del aprendizaje se genera con el profesor y el 30%, en el contacto con los compañeros”, anota Barranzuela.
6. ¿Estudiar y trabajar? Para el catedrático, el formato de maestrías full time desaparecerá gradualmente del mercado, pues los profesionales no suelen dedicarse exclusivamente a los estudios; de manera que lo más común es compaginar el trabajo y el estudio. El apoyo de la empresa, en este sentido, es fundamental.
7. Horarios. Junto al trabajo y estudio, el profesional debe balancear su vida familiar. Por tanto, es preciso evaluar los horarios de los programas. “Es bueno tomar en cuenta si los máster se dictan durante todo el día los sábados y domingos, porque podría afectar a la familia y así menguar el rendimiento del alumno”, comenta Barranzuela.
8. Dónde. La elección de universidad o escuela de negocios es esencial para sacarle provecho a la formación. En muchos casos, anota Barranzuela, el primer filtro de los reclutadores o ‘caza talento’ se pasa solo con ser egresado de una escuela de prestigio.
9. Financiamiento Barranzuela recomienda mirar el dinero que cuesta el máster como una inversión y no como un gasto fijo: “Lo ideal es pagar la maestría con los ahorros; sin embargo, los créditos otorgados por los bancos ayudan para no postergar la decisión de estudiar. Muchos obtienen un crédito vehicular… ¿por qué no un préstamo para un posgrado?”.
10. Referencias Desde la metodología del máster hasta las instalaciones, pasando por los profesores. Recopilar información es lo más importante para tomar una decisión, destaca Barranzuela. Los compañeros de trabajo, los egresados de programas de máster y los reclutadores son buenas fuentes para recoger estos datos.