¿Convences rápidamente a los demás de tus ideas? ¿Tienes facilidad para ponerte en el lugar del otro? ¿Y eres de los que argumentas tus opiniones sin que te pierdan las formas? Si cuentas con dichas cualidades, estás de enhorabuena: has desarrollado algunas de las habilidades sociales más valoradas por los reclutadores.
Te resultará mucho más sencillo trabajar en equipo, negociar y empatizar con los clientes, algo especialmente apreciado por las compañías.
Ser fuerte en competencias sociales es determinante para alcanzar el éxito profesional, mucho más que contar con amplios conocimientos técnicos.
Según el informe Developing Social-Emotional Skills for the Labor Market: The practice model, elaborado por el Banco Mundial, los empleadores se fijan, sobre todo, en ocho cualidades emocionales: la resolución de problemas, la capacidad de recuperación, la motivación del logro, el autocontrol, el trabajo en equipo, la iniciativa, la confianza en uno mismo y la ética.
En un mercado laboral que está en constante cambio, estas habilidades cada vez son más importantes e influyen de forma directa en la empleabilidad de los profesionales. Es más, según el estudio Soft Skills 4 Talent, realizado por Human Age Institute, el 52% de los puestos actuales requiere competencias sociales y prevé que éstas serán las más demandadas en 2020.
“Se podría decir que todo profesional necesita haber desarrollado correctamente las siguientes habilidades: la empatía, la asertividad, el autocontrol y la capacidad de influencia”, detalla Genoveva Vera, coach ejecutiva experta en liderazgo. Por su parte, Noemí Camblor, mánager de People Excellence, asegura que saber comunicarse es otro de los factores clave para llegar lejos en el trabajo. “Asimismo, para ser un buen comunicador hay que convertirse en un experto en networking, ser persuasivo, tener un gran control emocional para saber manejar todas las situaciones y conocer el impacto de lenguaje verbal y no verbal”, añade Camblor.
Sin embargo, no hay que confundir estas características con ser simpático, sino que “cada uno desde su personalidad puede desarrollar las habilidades emocionales que facilitan la convivencia y el entendimiento en la oficina. Ante dos postulantes similares a un cargo, una empresa se decantará por aquel que tenga más desarrolladas estas capacidades, ya que será más competente en aspectos sociales y laborales”, explica Sofía Moreno, consultora sénior de Randstad especialista en transición de carreras.
Posiciones
Dependiendo del tipo de puesto, los profesionales deben potenciar unos aspectos u otros. A los más introvertidos se les suele relacionar con ocupaciones en las que no es necesario relacionarse constantemente con nuevos clientes, como pueden ser determinadas ingenierías. Todo lo contrario a lo que ocurre en el ámbito de las ventas. Los comerciales suelen ser personas que establecen fuertes lazos profesionales y personales y que tienen una gran capacidad para negociar de manera asertiva.
Asimismo, el desarrollo de estas habilidades se hace más importante a medida que se progresa en la jerarquía de la empresa. “Aquí la comunicación es crucial. De hecho, un estudio reciente de la Universidad de Princeton asegura que los máximos ejecutivos se pasan hablando más del 90% de su tiempo”, apunta José Manuel Casado, socio fundador de 2.C Consulting. En este sentido, Santiago Cuerpo, vertical director de Experis, recuerda que según el modelo de liderazgo 3P (propósito, personas y performance) hay cuatro rasgos clave que deben tener los profesionales para ocupar posiciones de mando: brillantez e ímpetu por saber más del mundo, impulso para conseguir los objetivos, adaptabilidad a la incertidumbre y perseverancia en el trabajo.
Además de ser relevantes para el desarrollo de carrera y la consecución de un buen clima laboral, estas competencias también han adquirido una especial importancia con la implantación de nuevas fórmulas laborales. Por ejemplo, en modelos como el telebrajo es crucial saber relacionarse a través del teléfono o correo electrónico de una manera clara y efectiva, tener empatía y evitar conflictos en equipos deslocalizados. Por otra parte, si se trabaja por proyectos es necesario contar con grandes dotes de comunicación para generar confianza, saber negociar muy bien y transmitir pasión por cada encargo nuevo que se realiza.
Cualidades más importantes
Comunicación. Debes relacionarte de manera efectiva, empleando procedimientos formales e informales. Proporciona datos concretos para respaldar tus observaciones.
Empatía. Escucha y valora las impresiones de los demás. Si consigues entender las emociones del resto, podrás establecer relaciones más duraderas con tus compañeros y superiores.
Asertividad. Es esencial que expreses tus emociones, pensamientos y opiniones de manera que no ofendas a los demás. De esta forma, conseguirás que tus compañeros te escuchen y te respeten.
Delegación. Si tienes un equipo a tu cargo, preocúpate por que los integrantes tengan capacidad para tomar decisiones y por que dispongan de los recursos necesarios.
Autocontrol y autoconcepto. Es importante que conozcas tus propias emociones para que sepas manejar situaciones de estrés.Esto influye en la imagen que proyectas.
Influencia. Ser influyente es básico para conseguir aquello que queremos de los demás. Aquí interviene el lenguaje verbal y no verbal. Esto es especialmente importante en las posiciones de mando.