Detectar al candidato ideal es una tarea cada vez más complicada para los reclutadores. La batalla por el talento se complica porque encontrar al candidato que satisfaga las necesidades de las empresas es un trabajo de precisión que no siempre tiene éxito. Por eso, saber quién es quién en el proceso de selección y tener muy claro qué hace cada uno, qué busca y para quién trabaja resulta determinante para ser máximamente eficaz.
Para los candidatos, conocer esta perspectiva es también fundamental para lograr el objetivo de conseguir un trabajo.
En realidad, tú no tienes que agradar al reclutador. Zulima Cuadros, responsable de ManPower Selección, recuerda que “el reclutador siempre tiene en cuenta lo que es mejor para su cliente, y lo que tú debes hacer es demostrar las capacidades que ese reclutador necesita para la compañía en cuestión. Quizá resultes agradable en el proceso de selección, pero puede que no encajes en el perfil que la organización necesita”.
Cuadros insiste en que el trabajo del candidato es transmitir que se trata de la persona correcta para el puesto:“Debe informarse de la posición, cómo se trabaja en la compañía y qué tipo de organización es, porque el reclutador va a mirar si tu perfil encaja en esa empresa”.
Una relación equilibrada
Marta Vilanova, directora de recruitment process outsourcing de Randstad, explica que “el reclutador empieza desde algo tan básico como es la primera llamada telefónica. El candidato debe saber en qué posición se ha inscrito, y luego el reclutador hace las killer questions, como qué se necesita para ese puesto. Ahí el candidato debe ajustar lo que busca la empresa con lo que pregunta el reclutador”. En todo caso, Vilanova recomienda “ser auténtico, no tener miedo, saber llevar un hilo conductor en la entrevista y tener capacidad de síntesis, porque eso demuestra que ha habido preparación”.
José Medina, presidente de Ray Berndtson, cree que “puede ser cierto que los reclutadores no son tus amigos, pero de ninguna forma son tus enemigos. En el fondo, creo que son más amigos, pero nunca compinches. No son incondicionales, sino más bien profesionales que te ayudan a descubrir o a generar oportunidades y opciones en tu carrera, y también a veces a darte información valiosa y a acercarte a la realidad. Hay que comprender que, en el fondo, se te acercan cuando les interesa a ellos, no necesariamente cuando te interesa a ti. También es cierto que no siempre aciertan a tratarte tan bien como tú quisieras”.
Consejo especial
José Ignacio del Barrio, socio director de Ackermann, recuerda que además de la labor del reclutador, también es importante la relación con el candidato: en determinados momentos del proceso de selección, el primero puede animar al segundo a tomar la decisión de cambiar de trabajo o de dar el salto profesional. Se trata de un momento crítico y muy psicológico, determinante para la decisión de cambio”.
Medina asegura además que “hay dos hechos ciertos: en reclutamiento y en selección, el protagonismo es para la empresa. En consultoría el protagonista es la persona”.
Nuria Esparza, directora de talento de Adecco, recuerda que, evidentemente, el reclutador tiene como cliente a la empresa, pero añade que la misión del agente de selección es “buscar al candidato perfecto que satisfaga las necesidades de ese cliente. Es la búsqueda constante de unos parámetros definidos rigurosamente. Para eso es necesario analizar la posición, las funciones, las actitudes y las competencias. En definitiva, se trata de definir qué se está buscando. Ahí empieza el trabajo del reclutador”.
Protagonistas
José Medina explica que “en la entrevista de selección, si tú no encajas como candidato, el reclutador no estará contigo mucho más de media hora, pero no te va a tratar mal. Si encajas como candidato, puede dedicarte una hora u hora y media, para ajustar entre el candidato y el puesto o el proyecto. En este caso, el protagonista es la empresa. Si en otro momento eres tú el que llama al reclutador para que te oriente en tu carrera, estaréis ambos al menos una hora y media, pues aquí eres tú el protagonista, encajes o no en un determinado puesto”.
Sobre esta base, Medina cree que el verdadero profesional de reclutamiento cumple al menos tres misiones importantes: en primer lugar, seleccionar rigurosamente a los profesionales que mejor responden al perfil que se busca (candidatos interesantes); y después, con ajuste fino, ver para qué candidatos interesantes ese puesto puede suponer un crecimiento y desarrollo en su carrera, o un “un paso adelante” (candidatos interesados).
La tercera misión es optimizar conjuntamente entre los más interesantes y los más interesados (entre adecuación al puesto y motivado por el puesto, como una oportunidad en su carrera).
Medina añade que “una cosa es encontrar candidatos interesantes o interesados, y otra cosa es encontrar ambos y cerrar bien una búsqueda”. Para esto último, es necesario recordar que la misión básica del reclutador es facilitar el trasvase de talento hacia aquellos lugares en los que mejor se aprovecha y más se desarrolla. Hay que integrar las necesidades de la empresa con las necesidades de carrera y de desarrollo profesional.