El tamaño de la población de una empresa hace la diferencia. Sociedad Agrícola Virú cuenta con el trabajo de entre 8,000 y 10,000 colaboradores en temporadas pico. Dos campañas al año con mano de obra intensiva. La importancia de la gestión humana, es necesario decirlo, se vuelve trascendental.
“El punto crítico es la capacitación. Desde los gerentes, los jefes, los mandos medios hasta los operarios. Es clave saber gestionar y manejar a ese volumen de gente”, afirma Echegaray, después de recibir la certificación de la Asociación de Buenos Empleadores (ABE).
La distinción implica que son reconocidos por ser una empresa comprometida con las buenas prácticas laborales.
“Ser socio emprendedor de ABE significa que estás replicando tus buenas prácticas a tus proveedores y clientes, que estás por encima de los estándares de las normas laborales vigentes”, anota Echegaray, quien ha sido uno de los gestores de los avances de Virú en este ámbito.
Con la certificación participan, junto a la Cámara de Comercio Americana del Perú (Amcham Perú), de la difusión y promoción de la formalidad laboral en el país.
Para la empresa agroexportadora el reconocimiento es satisfactorio. Según comenta Echegaray, compiten por tener un buen clima laboral. La demanda es alta y el recurso humano ideal, escaso.
“En el fondo, el tema es fomentar un buen ambiente de trabajo, cumplir con la gente y tener buenos planes motivacionales. Siempre estamos haciendo más actividades, gestionando mejor, y vamos a continuar por este sendero porque es el único camino por el cual competir”, asegura.
Detalles de actividad
Mencionemos algunas características del negocio para entender la importancia del modelo de Virú. Las características de la actividad y una población laboral numerosa requieren un liderazgo como una de las principales competencias.
Manejo de equipo, inteligencia emocional y conocer las normas son otras cualidades indispensables, según Echegaray. Los desafíos pasan por tener una comunicación eficiente, debido a la gran cantidad de trabajadores, y las relaciones con los sindicatos.
“Hay muchos gremios en el sector. Eso no es ni bueno ni malo, pero hay que encontrarle un equilibrio para que sea lo más justo para todos”, anota el ejecutivo.
Sociedad Agrícola Virú tiene casi 7,000 hectáreas –entre propias y privadas- y un plan motivacional bastante agresivo. Sus programas pasan por actividades recreacionales (como la fiesta con el Grupo 5 por el Día del Trabajo o el esperado campeonato deportivo), cumpleaños, navidades, así como becas de estudio. Asimismo, cuentan con un programa de trainees.
Por otro lado, han firmado el convenio COP 20 de las Naciones Unidas y han ganado el Premio Ecoeficiencia Empresarial entregado por el Ministerio del Ambiente (Minam).
El cambio climático es una preocupación constante para la empresa. Este año, según Echergaray, por suerte, las predicciones de El Niño señalan un fenómeno débil.
¿Cuál es la filosofía de Virú y cómo ésta agrega valor a la compañía? Manifiesta que lo principal es alinear las estrategias del área con la visión y misión de la compañía.
“Si estamos alineados, brindamos un buen servicio a las demás gerencias y unidades de negocio. La idea es que tengan la gente adecuada, bien capacitada y un soporte laboral bastante bueno”, afirma.
Cosechar el futuro
Mención aparte merecen las políticas de Responsabilidad Social Empresarial de Virú. El apoyo a las comunidades adyacentes se materializa en postas médicas, parques, wawa wasis, limpieza pública, mejora del agua y seguridad.
“Para mí, Recursos Humanos es Responsabilidad Social Empresarial interna y externa”, comenta Echegaray. Hoy, las empresas no pueden estar alejadas de sus comunidades. Del mismo modo que crecen las primeras, las segundas deben acompañarlas”, añade.
Además del reconocimiento de ABE, la empresa ha logrado una certificación Fair Trade. Sus principales mercados –Estados Unidos, Francia, España e Italia– exigen la demostración de políticas de formalización de proveedores. Virú cumple con ellas.
Otra muestra de ello es la certificación Business Social Compliance Initiative (BSCI), que tiene como compromiso mejorar las condiciones laborales en la cadena de suministro global.
Por los estándares a los que apunta la actividad, Virú tiene un “plan propósito” por el cual el trabajador se vuelve consciente de la relevancia de su trabajo y el alcance directo de su labor en los diversos destinos de la agroexportación.