Luego de pasar menos de una semana en el lago George este verano, Matthew Harrigan volvió de sus vacaciones y encontró que lo esperaban 596 correos electrónicos por leer.
Al director gerente de Grand Central Tech, una incubadora de startups de la ciudad de Nueva York, le llevó todo un día revisar su casilla, y la mayor parte del contenido era basura. “No leo más del 12% del total”, dijo Harrigan. “Borro el resto”.
Es una trampa digital que rápidamente agota las reservas de distensión obtenidas en las vacaciones. ¿Pero hay una forma de escapar del correo electrónico atrasado que se ha acumulado en vacaciones? ¿Y si Harrigan y millones más decidieran obviar el agotador e inútil rito de revisar centenares de mensajes, la mayor parte de los cuales carece de importancia? ¿Por qué no olvidar los correos electrónicos recibidos mientras no estaba trabajando?
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Después de un fin de semana largo, basta con seguir pasos muy simples: Abrir el software de correo electrónico, seleccionar todo y archivar. Así de simple. El primer día de trabajo no tiene por qué agotar la preciosa reserva de energía acumulada en las vacaciones.
Para quienes optan por mantener cierto nivel de decoro digital podría sonar grosero, hasta impensable. “Queremos dar respuesta. La capacidad de responder es algo valioso”, dice Harrigan. Pero hay una forma de evitar el diluvio de correo electrónico durante las vacaciones sin ofender a nadie ni pasar por alto una tarea importante.
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Una forma de evitar volver y tener que revisar una bandeja de entrada interminable es chequearla de forma periódica durante las vacaciones, algo que muchos de nosotros ya hacemos. Una encuesta de 2013 de la Asociación Psicológica de los Estados Unidos determinó que el 44% de los estadounidenses chequeaba correos electrónicos de trabajo durante las vacaciones.
Sin embargo, tomarse vacaciones pierde su utilidad si también se está trabajando o preocupándose por el trabajo. “Si uno no se desconecta, vuelve agotado”, dice Harrigan. “Si se trata de distenderse y de cubrir todo al mismo tiempo, se vive en una constante angustia”.
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Hay quienes adoptan una actitud más pasiva agresiva y dejan un mensaje que explica su ausencia, como se señaló hace poco en un reciente artículo del New York Times. La respuesta “Out of office” también puede indicar la fecha de nuestro retorno, lo que indica que hay un momento más estratégico para enviar o reenviar el mensaje. Como elemento de cortesía, Harrigan sugiere incorporar al mensaje un link que comprende una notificación por calendario de la fecha de regreso. “Le recuerdo que estoy de regreso, por lo que ya puede enviarme correo”, dice.
Otros adoptan una actitud más directa, como el capitalista de riesgo Brad Feld. Su mensaje automático de respuesta por vacaciones de más de dos semanas dice lo siguiente: “No voy a leer este correo. Cuando regrese archivaré todo y empezaré con una bandeja de entrada vacía”.