CONSEJOS EMPRESARIALES
Muchos ”pre-postergamos” porque constantemente estamos intentando tachar tareas para liberar nuestra memoria de trabajo . ¿Cuántas veces se ha apresurado a terminar algo solo para encontrar que debe volver a hacerlo para arreglar errores? ¿Normalmente aborda primero las cosas fáciles de su lista de pendientes o dedica sus horas de clímax a la tarea más significativa? ¿Alguna vez se ha pasado todo el día respondiendo a correos electrónicos solo para darse cuenta que ya eran las 5 p.m. y que realmente no había trabajado?
Estas tareas podrían parecer productivas a corto plazo, pero apresurarse a terminar algo (cualquier cosa) desperdicia tiempo cuando tiene que volver a revisarlo y refinarlo. En lugar de estar ansioso por hacer las cosas rápidamente, enfóquese en hacer lentamente y mejor las cosas indicadas.
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Los negociadores inteligentes saben cuándo tomar descansos
Un buen negociador pide tiempo fuera cuando necesita reagruparse. Si no está seguro de qué hacer, si algo lo molestó y necesita calmarse, o si quiere consultar con colegas que no están sentados en la mesa, no dude en tomarse un descanso. Es útil alejarse brevemente y evaluar la situación, especialmente si se entera de algo inesperado en la mesa de negociación . El descanso podría ser de 10 minutos o de varios días. Si le preocupa enviar la señal incorrecta, solo pida la oportunidad de ir al baño, revisar su correo electrónico o tomarse una taza de café. Pero es menos raro si establece desde el principio que cualquiera de las partes puede pedir un descanso en cualquier momento. De esa forma, no se ve raro si pide un descanso inmediatamente después que su contraparte ha sugerido una opción que le desagrade.
(Adaptado de “HBR Guide to Negotiating”, de Jeff Weiss)
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Permita que todo mundo pueda opinar en su próxima reunión de personal
Mucha gente considera que las reuniones de personal son una pérdida de tiempo. Para volverlas más útiles, intente involucrar a todos los participantes. No permita que los sospechosos de siempre dominen la discusión mientras otros permanecen en gran parte callados. Si quiere oír a todos:
1.- Pida ideas con antelación. La gente podrá prepararse, de tal forma que podrá presentar argumentos apoyados con hechos.
2.- No deje que algunos acaparen la conversación. Interrúmpalos amablemente. “Perdón, Jorge, lamento interrumpirte, pero quiero asegurarme que tengamos tiempo para escuchar a todos”.
3.- Ofrezca el podio a distintos participantes. Cree tiempo aire para los miembros del equipo más callados dándoles una parte específica de la agenda.
4.- Haga preguntas directas a distintas personas. “¿Se nos está escapando algo?” “¿Lo hemos abordados desde todos los ángulos posibles?” Pregunte inesperadamente a la gente que no hable.
(Adaptado de “Save Your Next Staff Meeting From Itself”, de Costas Andriopoulos)
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No permita que la “virulencia” entorpezca la buena mercadotecnia
Los comercializadores de marca cometen muchos errores al intentar hacer que sus mensajes se vuelvan “virulentos”. Uno de ellos es no desarrollar relaciones con la gente que disemina su contenido . Para empezar, debería dejar de aplicar descriptores pasivos como “audiencia”, “consumidores” o “metas” y a la gente importante que comparte su contenido llamarla “multiplicadores”. Deje de enfocarse en la “virulencia” como meta. Es fugaz. Alguien ve un video compartido, mira una parte y el comercializador de marca nunca identifica quién es esta persona. La relación termina ahí. En cambio, identifique a sus multiplicadores. Conózcalos. Fomente que compartan con frecuencia. No tiene que ofrecer premios financieros. Reconocerlos públicamente, presentándolos en su página de Internet o respondiéndoles en las redes sociales, a menudo basta para generar envolvimiento. Obtenga sus direcciones de correo electrónico para profundizar más la relación con actualizaciones, ofertas y llamados a acción verdaderamente útiles.
(Adaptado de “4 Mistakes Marketers Make When Trying to Go ‘Viral’”, de David Spitz)
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Cambie la forma de abordar su próxima charla de retroalimentación
Recibir retroalimentación es inherentemente estresante. Cuando nos topamos con gente de mayor estatus, experimentamos incertidumbre, sentimos menos autonomía o creemos que algo no es justo, nos sentimos vulnerables. Para que recibir retroalimentación sea menos ominoso, trate de entender la experiencia. Comprenda que solo se está sintiendo amenazado; no está enfrentando una amenaza literal.
Y que la persona que le está haciendo comentarios no necesariamente le está imponiendo su estatus; está intentando ayudarlo a mejorar. Si siente que la retroalimentación es injusta, identifique si esta persona asumió cosas incorrectas sobre usted.
Puede mencionar sus
verdaderas intenciones y señalar cómo difieren de lo que la persona asumió. Pero recuerde que su capacidad de retroalimentación es finita. Si ha absorbido todos los comentarios que puede por el momento, haga una pausa en la charla para encontrarle sentido a lo que lleva escuchado, y acepte continuar solo después de haber tenido la oportunidad de reflexionar.
(Adaptado de “Make Getting Feedback Less Stressful”, de Ed Batista)
Distribuido por The New York Times Syndicate