¿Te sientes muy estresado (a)? ¿La creatividad parece no fluir y sientes que tienes mucho por hacer?
Probablemente se deba a que tu cerebro está sobrecargado y tu atención “sobre dividida”. De acuerdo a Tony Schwartz, consultor que ha trabajado con Google, Facebook y Coca-Cola, trabajar en base a periodos de tiempo es la mejor manera de asegurar la productividad y el término de todas las actividades sin tanto cansancio de por medio.
“En mejor trabajar altamente concentrado por un periodos cortos de tiempo (con pequeños breaks de por medio), que presionar a la mente por un largo tiempo. Piensa en una pequeña carrera en vez de una maratón. Puedes pedir a tu cuerpo que ponga toda su capacidad en el ejercicio por un periodo corto, siempre y cuando tengas un punto de pare y relajación. Después de descansar un poco, puedes volver a esforzarte al máximo” escribe en el New York Times.
Lo que Schwartz propone tiene bases científicas. Está comprobado que el cerebro alcanza su límite de concentración en un periodo de 90 a 120 minutos, después de esto necesitará un descanso. Ejemplos como el estudio del entrenamiento de violinistas prodigiosos, han comprobado que el trabajo al ritmo de 90 minutos funciona. En este estudio se analizaron los características de práctica de los músicos y se encontró que los mejores usaban el sistema de los 90 minutos:
- Practicaban en las mañanas
- Las prácticas de cada día se dividían en 3 sesiones
- Cada sesión duraba 90 minutos o menos
- Tenían un “break” entre prácticas para despejarse o descansar
Schwartz recomienda: concéntrate, descansa. Vuelve a concentrarte, vuelve a descansar. Uno de los beneficios de este ritmo de trabajo es que la persona logra acostumbrarse a trabajar por periodos de tiempo, reserva las distracciones para los breaks (basta con cinco minutos) y trabaja de manera exclusiva una vez que terminan.
Por otro lado, si los noventa minutos parecen muy largos, puedes optar por trabajar cincuenta minutos y luego descansar. Todo está en encontrar tu propio ritmo de trabajo y en ser responsable de cumplirlo para convertirlo en un hábito. Otra de las razones de darle un respiro a tu cerebro es que la energía mental es renovable, pero no se puede renovar así misma, eso depende de cada persona. Y no, advierte el consultor, dejar la computadora para chatear por el celular no es descansar.