Richard Manrique Torres
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Un programa de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) necesariamente debe desarrollar un nuevo modelo de negocio para lograr un verdadero impacto social, nos dice Alberto Andreu, director global de Asuntos Públicos de Telefónica.
Gestion.pe conversó con el experto sobre los puntos que una empresa debe tomar en cuenta a la hora de diseñar su programa de RSE. Esto fue lo que nos respondió el también profesor del IE Business School durante su visita a Lima.
¿Cuáles son los puntos infaltables de un programa de RSE?
Hay que hacer dos grandes cosas. La primera, la gestión de los riesgos que derivan como consecuencia del desarrollo económico, social y ambiental. Es decir, ser capaces de gestionar los riesgos, generar confianza y transmitir transparencia. En consecuencia, hacer algo más sostenible en el largo plazo. La segunda, tiene que ver con el aprovechamiento de nuevas oportunidades y está en línea con lo que dice la Unión Europea. La RSE viene a ser, entonces, la gestión de riesgos y la maximización de oportunidades.
¿Qué debe analizar una empresa para implementar su RSE?
La RSE es un presente continuo: no es que se empiece hoy un programa que antes no había. Cada compañía debe analizar en qué momento y en dónde se encuentra para hacer propio esto que explico. En el caso de Telefónica, por ejemplo, tenemos claro que el futuro va ser estrictamente digital, que esto cambiará el modelo de negocio. Eso nos lleva a que los riesgos que gestionamos tienen que estar enfocados en el futuro digital. Por ejemplo, la privacidad, la gestión de los datos o la eficiencia energética. Todas esas cosas son importantes para un sector como el nuestro.
¿Qué beneficios obtienen las empresas con un programa de RSE?
Hay bastantes. Si nos movemos en el mundo de la gestión de riesgos, evidentemente las empresas reducen riesgos y costos de capital. Y, en el terreno de las oportunidades, los proyectos sociales que haga una compañía para crear ecosistemas sociales les permitirá llegar con una mejor oferta de productos y servicios.
¿Telefónica cómo ha asimilado estos puntos?
Por ejemplo, hemos creado Wayra, un proyecto de apoyo a jóvenes emprendedores. Nosotros estamos convencidos de que América Latina tiene un potencial y un talento brutal. Entonces, ¿por qué no puede salir de aquí el próximo Steve Jobs? Para la compañía es un territorio importante: trabajar en programas de educación para favorecer la incorporación del joven en el mundo digital. O, como hacemos en Europa, trabajar en el ámbito de los adultos mayores y la discapacidad: allí se abren enormes posibilidades para desarrollar nuevas aplicaciones para su inclusión al entorno digital.
No tengo ninguna duda de que los beneficios son infinitamente más altos que los costes. Ahora, un elemento importante es el concepto de legitimidad: está claro que si le va bien a la sociedad y al país, le va bien a la compañía.
¿Cómo pasar de la filantropía a proyectos de desarrollo?
Por ejemplo, si una compañía trabaja con el tejido asociativo de la discapacidad, eso básicamente podría ser una acción estrictamente de patrocinio social. Pero, si junto con las asociaciones de la discapacidad, eres capaz de crear aplicaciones para sordos, ciegos y gente en silla de ruedas, todo eso te abre un nuevo modelo de negocio. Yo creo que la acción social, la filantropía, debe tener algún tipo de conexión con un modelo de desarrollo a futuro. No tendría mucho sentido si estuviera desconectado.