(Bloomberg) Tres taxis le cortaron el paso y los conductores se bajaron gritando “Muerte a Uber” y esgrimiendo lo que parecían ser armas.
“Se bajaron con cosas en las manos. No podía distinguir con exactitud qué eran”, dijo Cadena en entrevista telefónica. “Mis pasajeros, una pareja, estaban aterrados y no dejaban de gritar”.
Mientras Cadena intentaba retroceder, otros tres taxis se acercaron por detrás y le cortaron el paso. Logró escapar subiendo a la acera, lo que la llevó a gastar unos US$ 600 en reparación de parachoques y molduras de su Renault Duster, dijo.
Uber, que tiene sede en San Francisco, ha chocado con grupos de taxis tradicionales en varias otras ciudades en las que opera, entre ellas Londres, Berlín y Ciudad de México. Los enfrentamientos se han vuelto violentos en Bogotá, donde la compañía de US$40.000 millones ganó clientes con rapidez al iniciar sus operaciones en 2013 porque se considera que sus autos son seguros en una capital donde abunda la delincuencia. El organismo regulador de transporte dice que sólo los taxis registrados tienen autorización para transportar pasajeros y ha ordenado a la autoridades municipales “inmovilizar” los autos que usen Uber.
Hugo Ospina, presidente de la Asociación de Propietarios y Conductores de Taxis de Colombia, instó al gobierno a abordar la situación y aplicar la ley antes de que alguien muera.
“Pedimos a las autoridades que controlen esto con urgencia, ya que hasta podría terminar por causar muertes”, dijo en entrevista telefónica. Toda violencia por parte de “grupos pequeños y muy radicalizados de conductores de taxi” es inaceptable y debe llevarse ante la justicia, dijo.
Ciudades más peligrosas
Uber ha recibido informes de sus conductores, que señalan que taxis acorralan sus autos, hacen sonar las bocinas y les gritan y lanzan piedras, dijo Michael Shoemaker, que está al frente de las operaciones de la compañía en Colombia.
“La buena noticia es que ninguna persona ha salido lastimada y que, en la mayor parte de los casos, los autos no han sufrido daños”, dijo Shoemaker en una entrevista en Bogotá.
La oficina de prensa del Ministerio de Transporte no contestó un correo electrónico ni un llamado telefónico en los cuales se le solicitaban declaraciones.
Caracas, Bogotá y Ciudad de México son las ciudades más peligrosas de las Américas en las cuales tomar un taxi, según Steven Dudley, un director de InSight Crime, un grupo de análisis con sede en Washington D.C. que monitorea la delincuencia en América Latina.
El Departamento de Estado de los Estados Unidos recomienda a sus ciudadanos no tomar taxis en la calle y evitar, además, los autobuses públicos de Colombia. Eso deja a los ciudadanos estadounidenses pocas opciones para trasladarse en Bogotá, una ciudad de alrededor de 7 millones de habitantes que carece de un sistema de metro.