Por Rafael Rojas Tupayachi
No es común que el logotipo de una marca simbolice la bandera de su lugar de origen. Eso describe un apego a un estilo, a una cultura, a una forma de atender a los que reciben sus productos. Este es el caso de BMW Group, que tiene partida de nacimiento fijada en el Estado Libre de Baviera, siendo, por tanto, Múnich su centro de operaciones natural, desde donde a mediados de marzo fueron presentados sus estados financieros corporativos del 2013.
La empresa especializada en la producción de automóviles de lujo, con sus emblemáticos BMW, Mini y Rolls-Royce, registró un incremento de sus ventas anuales en este segmento de 6,4% a nivel global y un volumen de producción de 2 millones de autos, que representó una expansión del 7,8% respecto al año anterior.
En medio de una leve recuperación de la economía mundial, la marca bávara ha logrado atraer compradores en todo el orbe gracias a la innovación tecnológica que muestran sus vehículos, preferidos por sus principales mercados: China (19,9%), EE. UU. (19,2%), Alemania (13,2%) y Gran Bretaña (9,6%).
Latinoamérica figura como uno de los mercados emergentes que tiene una perspectiva positiva para el conglomerado automotor alemán. De los 23 mercados que abarca la región, Brasil mantiene el liderazgo, ocupando el Perú el sexto lugar en ventas realizadas el año pasado.
“El crecimiento económico de los últimos 12 años en América del Sur, y especialmente en el Perú, le ha dado una gran dinámica al mercado de autos de lujo. Es evidente que el mayor poder adquisitivo de la población se ha reflejado en el interés de potenciales compradores de nuestros productos”, señala Peter Schwarzenbauer, miembro del Consejo de Administración de BMW Group.
Precisamente, la tendencia de crecimiento mostrada por la región ha determinado que la empresa decida establecer una planta en Brasil para fines del presente año. En un principio, la fábrica de BMW abastecerá al mercado brasileño, luego vendría la etapa de colocar estos autos en las demás plazas del subcontinente.
“Estamos realizando una inversión estratégica en Brasil por la importancia que tiene su volumen; cuando un mercado crece a tales dimensiones es preferible tener una planta ahí, de esta manera uno aprende de la cultura de esa población”, expresa Schwarzenbauer.
La futura producción en Brasil no tendrá efectos en el precio de los autos BMW, argumenta el ejecutivo alemán, luego de precisar que la aplicación de tecnología de avanzada implica una inversión significativa de la empresa, valor adicional que no será trasladado al precio final del vehículo.
“Estamos ofreciendo más al mismo precio. Ese es el criterio que estamos aplicando y ha tenido una buena acogida en nuestros mercados a nivel global. Nuestra presencia en todas estas plazas nos ofrece un equilibrio de riesgo, ahora América del Sur tiene una presencia que no tenía hace 10 años”, menciona el directivo de BMW Group.