(Bloomberg).- En su primer mes como presidente interino de Brasil, Michel Temer se enfrenta con un déficit presupuestario récord, una deuda creciente, escándalos de corrupción y el virus del Zika. Y tal vez tenga que dedicar también algo de tiempo a un rescate de miles de millones de dólares del segundo mayor banco del país.
Caixa Econômica Federal, el banco estatal al que Brasil recurre para contribuir a estimular la economía, necesitará una inyección de fondos estatales en los próximos 12 a 18 meses, dicen analistas que han estudiado su balance. La peor recesión en un siglo ha deteriorado la cartera de préstamos de la entidad con sede en Brasilia, y la morosidad e impagos crecen, en momentos en que nuevas normas regulatorias elevan las exigencias de capital.
El banco podría necesitar 25,000 millones de reales (US$ 7,000 millones), alrededor de 2% de los ingresos estatales del 2015, según un analista bancario del sector privado. La inyección tendrá que realizarse en el transcurso del próximo año y medio, agregó el analista, que pidió que no se revelara su identidad en relación con estimaciones que aún no se han difundido.
‘No es sostenible’
“La principal preocupación es el capital”, dijo en una entrevista Arjun Bowry, un analista de Bloomberg Intelligence. “En los últimos 12 meses, la proporción de capital de Nivel 1 ha declinado 130 puntos básicos. No es sostenible”.
Bowry dijo que es probable que una esperada reducción de tasas por parte del banco central afecte el crecimiento del ingreso neto de intereses y que el ingreso por comisiones no alcance a lo estimado para el año. Las ventas de activos no afectarán de forma significativa las necesidades de capital del banco, dijo.
Una opción que se evalúa sería la transferencia de parte de los negocios de Caixa a la otra entidad crediticia estatal, Banco do Brasil SA, según una persona con conocimiento del tema, que dijo que las propuestas son aún muy preliminares. Según un plan, Caixa continuaría con varias de sus actuales líneas de negocios, entre ellas las hipotecas, y transferiría al Banco do Brasil operaciones como el crédito empresarial, dijo la persona, que pidió que no se revelara su identidad en relación con propuestas que no se han hecho públicas. La revista Exame señaló la semana pasada que estaba en estudio un plan de traslado de algunos activos al Banco do Brasil.
El nuevo presidente de Caixa, Gilberto Occhi, que entró en funciones el 1 de junio, dijo al asumir que considera que no hay necesidad de una inyección de capital en el corto o mediano plazo. Occhi dijo que planea buscar nuevas fuentes de financiamiento para el banco, tales como titulizaciones.
Un funcionario de Caixa se negó a hacer declaraciones sobre pronósticos de analistas respecto de la necesidad de un rescate o de la propuesta de transferir negocios a Banco do Brasil.