Josimar Cóndor
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Leer sobre las posibilidades de la impresión 3D le bastó para dejar el agro y apostarlo todo por esta nueva tecnología. Hoy, tras cinco meses de operación con Desarrollo 3D Perú, su gerente Tomislav Dragich ya piensa en traer la impresión con material digital.

Si bien su inversión inicial en una impresora y escáner 3D le permite crear prototipos sólidos (termoplásticos), la compañía busca avanzar hacia la impresión con insumos digitales, es decir, que puedan combinarse y crear colores, transparencias y densidades.

“En sociedad invertimos S/. 400,000 y trabajamos a una capacidad de 20%. Cuando se llegue a 40% o 50% compraremos la otra impresora de S/. 450,000 que imprime hasta con 10 materiales”, señaló Dragich.

La adquisición se realizaría a principios del próximo año.

Hasta el momento, han atendido a empresas plásticas y estudios de arquitectura, y también apuntan al sector salud, educación, fundiciones e industria en general.

Al cierre del año espera facturar S/. 900,000 y consolidarse como el único proveedor de este rubro –existen 9 impresoras 3D en Perú pero son empleadas solo en el proceso de producción de las empresas propietarias- con una cartera de 250 clientes.

Para masificar el servicio, Desarrollo 3D Perú ha firmado un convenio de trabajo con la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y participará en ferias regionales.

En la región
Pese a que su aparición es muy reciente, países cercanos como Argentina, Brasil y Colombia ya han alcanzado niveles notables en el desarrollo y empleo de la impresión 3D, señaló Dragich.

Y si bien en su uso en la región se concentra en los procesos productivos, en China ya se fabrican hasta casas a partir de esta tecnología.

EN CORTO
Costos. En promedio, la impresión 3D cuesta US$ 3,5 por cm3 y, en tiempos, la elaboración de un prototipo de un vaso de regular tamaño podría demorar 5 horas, aunque hay proyectos de hasta 30 días que se imprimen en partes y luego se arman.