(Bloomberg).- Incluso antes de que sonara la campana de apertura de la bolsa de Nueva York, el jueves ya pintaba como un día lúgubre para los gigantes de la banca mundial. Sin embargo, pocos esperaban el aluvión de malas noticias que iban a golpear a ambos lados del Atlántico: un golpeteo constante de recortes de personal, escándalos y preocupación financiera que ha hecho bajar las acciones de la banca y ha dejado a muchos inversores preguntándose si sus aflicciones iban a terminarse en algún momento.
Todo empezó en Alemania, cuando Commerzbank AG, que lleva un tiempo con dificultades, reveló otro plan para recuperar el equilibrio, esta vez mediante el despido de uno de cada cinco empleados.
En Washington, nuevos y virulentos ataques contra John Stumpf, cuyo control sobre la sitiada Wells Fargo & Co , la entidad de préstamo hipotecario más grande de EEUU, sigue siendo débil en medio de la indignación causada por un escándalo de cuentas no autorizadas. Y otra vez de vuelta a Alemania, cayó la bomba: revelaciones de que ciertos fondos de cobertura se iban a mover para reducir su riesgo financiero a Deutsche Bank, que supone la mayor preocupación en la actualidad en las finanzas mundiales.
Antes de que Stumpf dejara la Cámara de Estados Unidos después de más de cuatro horas de escrutinio, saltó la noticia de que su banco sería castigado con más sanciones después de embargar indebidamente coches propiedad de soldados de EEUU.
“Si bien cada uno de ellos enfrenta sus propios desafíos, lo más abrumador de cuanto ha ocurrido a los bancos es que están olvidando su propósito, en un momento en que la complejidad está aumentando las oportunidades para cometer errores”, ha declarado Jon Lukomnik, director ejecutivo de Investor Responsibility Research Center Institute en Nueva York.
Ocho años después de la crisis financiera, la industria bancaria mundial sigue tanteando en busca de una salida. Los organismos reguladores de todo el mundo han intentado que los bancos se parezcan más a aburridas empresas de servicios públicos, pero este camino ha resultado escarpado.
Envalentonados por una corriente populista internacional, continúan repartiendo multas y sanciones, y las compañías pelean en busca de formas de ganar dinero mientras el volumen de transacciones declina y los requisitos de capital se vuelven más estrictos.
El índice del sector financiero Bloomberg Europe Banks and Financial Services, compuesto por 38 compañías, ha descendido un 24% este año, mientras que el indicador bancario KBW Bank Index, compuesto por 24 entidades de préstamo de EE.UU., ha descendido un 4.6%, arrastrado por la bajada del 18% de Wells Fargo.
Durante los últimos diez días, Stumpf ha acordado renunciar a US$ 41 millones en compensación, y un consejero del presidente turco Recep Tayyip Erdogan ha sugerido en Twitter que Turquía compre Deutsche Bank ya que su valor de mercado se ha reducido a menos de la mitad este año.