(Reuters).- La huelga en Escondida en Chile, el mayor yacimiento mundial de cobre, tiene pocas probabilidades de finalizar en el corto plazo ante las posiciones rígidas de sus trabajadores y de la empresa, que han complicado el diálogo en un conflicto que podría extenderse por al menos un mes.
Las ásperas relaciones entre el sindicato y la administración de la mina controlada por BHP Billiton, que produjo poco más de un millón de toneladas de cobre en el 2016, no lograron recomponerse en un encuentro convocado esta semana por la gubernamental Dirección del Trabajo.
Tras el fracaso en los acercamientos, se esperaba una escalada en el conflicto incluso hasta enfrentamientos violentos, ya que la empresa quedaba habilitada para contratar a suplentes de los operarios paralizados a partir del jueves, cuando la huelga cumple 15 días.
Pero la empresa sorprendió al mercado al anunciar la tarde del martes que no producirá al menos en los primeros 30 días de huelga, ya que no reemplazará a los más de 2,500 trabajadores sindicalizados.
“No quieren ningún tipo de conflicto con los trabajadores en este período, que pudiera generar mayores problemas o costos que lo que implica la huelga”, dijo un operador del mercado de cobre.
Una vez que el conflicto complete 30 días, los trabajadores pueden individualmente abandonar o “descolgarse” de la huelga y aceptar la oferta presentada por la empresa.
El desgaste de los trabajadores, sometidos a fuerte calor en el día y bajas temperaturas durante la noche mientras acampan en las afueras de la mina en el desierto de Atacama, podría mermar el ánimo durante el mes, debilitando la posición del gremio.
No obstante, el sindicato confía que pese a esas adversas condiciones se mantendrá la unidad entre sus afiliados.
“Los viejos (trabajadores) están tranquilos, están conformes, (algunos) van a bajar a descansar y la próxima semana vendrán con más energía para acá por el tiempo que necesitemos estar”, declaró a Reuters Carlos Allendes, portavoz del gremio.
En tanto, Juan Carlos Guajardo, de la consultora Plusmining, dijo que Escondida podría estar considerando soportar los efectos adversos de la huelga ya que se trata de su última oportunidad de reducir los costos laborales antes de una reforma que entra en vigencia en abril.
“Si hay un momento en que puedo hacer una presión importante y si eso significa sacrificar producción ahora para estar mejor después, este es el momento de hacerlo”, aseguró Guajardo.
El conflicto a la fecha habría generado una merma productiva en torno a 40,000 toneladas de cobre y la firma ha declarado “fuerza mayor” para interrumpir sus despachos.
En tanto, la gubernamental Dirección del Trabajo persiste en su intento por volver a convocar a las partes para que busquen una solución al conflicto ya que, aunque ambos afirman estar abiertos al diálogo, se mantienen intransigentes en sus posiciones.
BHP posee el 57.5% del yacimiento, en el que también participan Rio Tinto y tres compañías japonesas, incluyendo a la gigante Mitsubishi Corp.