Tokio (AFP).- El grupo japonés de bebidas Asahi Group anunció que había firmado con la belgo-brasileña AB InBev, primera cervecera mundial, un acuerdo para comprar dos marcas, la italiana Peroni y la holandesa Grolsch de SABMiller.
Asahi, que lograría así implantarse en Europa, no indicó un importe pero AB Inbev había aludido en febrero a una oferta de 2,550 millones de euros (US$ 2,880 millones).
Esta operación levanta uno de los obstáculos para que se concrete la megafusión entre AB INbev y SABMiller, y depende asimismo del éxito de esta fusión.
La megafusión, mediante la compra de SABMiller por AB InBev, había sido anunciada en noviembre pasado, por un importe de 112,000 millones de euros (US$ 126,500 millones), es decir, una de las mayores adquisiciones jamás realizadas.
Pero AB InBev debía desprenderse de marcas europeas para tranquilizar a unas autoridades de la competencia preocupadas por una eventual posición demasiado dominante en el mercado.
En este contexto, el grupo belgo-brasileño había anunciado en febrero haber recibido una oferta de Asahi para comprar Peroni y Grolsch. La marca británica Meantime también forma parte del lote que el grupo japonés se va a llevar.
Con la misma intención, el líder mundial de la cerveza se va a desprender de la participación que tiene SABMiller en una coempresa china, por US$ 1,600 millones (1,400 millones de euros), así como en la cervecera estadounidense MillerCoors, esta vez por US$ 12,000 millones.
La megafusión, que tiene como objetivo abrirle a AB INbev las puertas del prometedor mercado africano, permitirá el ‘matrimonio’ de las marcas estadounidense Budweiser y belga Stella Artois , ambas del grupo belgo-brasileño, con la checa Pilsner Urquell, de SABMiller, entre otras.
Juntos, AB InBev y SABMiller elaboran cerca de 60,000 millones de litros por año, es decir el triple que el actual número tres del sector, el holandés Heineken.
Riesgos en Japón.
Para Asahi, la operación es también importante. Fundado en 1889, Asahi, obtiene solamente el 10% del total de sus ingresos en el extranjero, y por tanto está expuesto a los riesgos de contracción en Japón, país de población declinante y de elevada edad.
Por ello, busca oportunidades en otros mercados; en los últimos años ha llevado a cabo adquisiciones en Asia y Oceanía, pero ahora quiere aventurarse más lejos.
“Añadir a su cartera dos marcas europeas que tienen una larga historia en la región, permitirá ampliar su estrategia y le ofrecerá nuevos canales de ventas para su marca de cerveza emblemática Super Dry”, explicaba hace poco el diario económico Nikkei.
Asahi, que rivaliza en Japón con Kirin y Suntory, espera obtener una ligera mejora de sus resultados en 2016: prevé un beneficio neto de 80,000 millones de yenes (640 millones de euros), para un volumen de negocios de 1.87 billones de yenes (14,900 millones de euros).