Caracas (Reuters).- La papelera estadounidense Kimberly Clark planea invertir unos 234 millones de bolívares (unos 37.1 millones de dólares, según el cambio oficial) en la ampliación de su planta en la región central de Venezuela, informó la agencia estatal de noticias, lo que contribuiría a aliviar la escasez de bienes esenciales que azota al país, especialmente de papel higiénico.
El desabastecimiento de alimentos, medicinas y otros productos se ha incrementado a niveles históricos este año en medio de una galopante inflación, mientras a las puertas de los supermercados son frecuentes las largas colas de compradores.
El Gobierno de Nicolás Maduro culpa al empresariado privado de la escasez, mientras industriales e importadores se quejan de las dificultades para acceder a los dólares que les permiten comprar materia prima y bienes finales en el exterior, en medio de un estricto control cambiario con diez años de aplicación.
“Cuando se presentó la coyuntura de desabastecimiento, el sector productivo, de la mano con el Gobierno, elaboró una estrategia para avanzar en disminuir ese desfase. Ahora sí está bien”, dijo el ministro de Comercio Alejandro Fleming tras una reunión con la firma estadounidense, reportó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN).
Aunque normalmente la producción local es suficiente para atender la demanda de papel sanitario, el Estado tuvo que realizar importaciones de emergencia en las últimas semanas para reabastecer los anaqueles, en medio del recrudecimiento de la escasez.
Fleming dijo que con ello se generó un “excedente” que busca impedir que se vuelva a producir desabastecimiento, pero expertos han advertido que si no mejora el flujo de dólares en un país que importa la mayor parte de lo que consume los ciclos de escasez continuarán generándose.
Kimberly Clark, que desde hace dos décadas fabrica productos de higiene personal en Venezuela, tiene una participación de mercado de alrededor del 15% de la venta de papel sanitario y también elabora toallas sanitarias y pañales desechables en el país.
El Estado, por su parte, controla desde papeleras hasta productoras de alimentos procesados y redes comerciales tras una extensa oleada de nacionalizaciones emprendida por el Gobierno del fallecido Hugo Chávez que dejó una larga estela de arbitrajes internacionales pendientes.
El gerente general de la subsidiaria venezolana de la firma, David Cahen, dijo el lunes tras una reunión con el ministro de Comercio que la inversión se realizará en un período de entre seis y 24 meses para ampliar la capacidad de la fábrica en un 30-40 por ciento, agregó AVN.
El ejecutivo añadió que la planta, ubicada en la central ciudad de Maracay, ha estado trabajando a capacidad plena.
La compañía no estuvo disponible de inmediato para comentar la información.