(Reuters).- El conglomerado brasileño Odebrecht, que admitió haber pagado sobornos para ganar obras públicas en el Perú, lucha por sobrevivir, enfrentada a lo que considera posturas radicales en su contra que podrían amenazar su capacidad para pagar deudas y desarrollar proyectos, dijo un alto ejecutivo de la empresa.
Mauricio Cruz, el nuevo presidente de Odebrecht Latinvest, la unidad encargada de las inversiones en América Latina, dijo hoy en una entrevista a Reuters, que la compañía enfrenta un “máximo estrés” por grupos que demandan la salida de la empresa de Perú.
“Ningún proyecto en Brasil y Estados Unidos fue paralizado, ninguna concesión o ningún negocio fue obligado a ser vendido y la empresa ha mantenido el derecho de sobrevivir, de existir, de seguir trabajando, para pagar sus obligaciones”, sostuvo Cruz.
“Estamos luchando para sobrevivir y curarnos de esta enfermedad “, agregó el presidente de la filial, que tiene su sede en la capital peruana.
Odebrecht está involucrado en el mayor escándalo por sobornos en Brasil y requiere vender activos para reducir sus abultadas deudas. Según el ejecutivo, deben pagar US$ 2,100 millones en 20 años a Brasil, Estados Unidos y Suiza.
Según Cruz, el proceso de investigación por corrupción en Perú “está bajo el máximo estrés”, porque existen grupos que demandan acciones radicales contra la empresa, mientras que otros involucrados buscan que salga del país para evitar que la investigación “llegue al final” y se sepa la verdad.
“Sería un pésimo ejemplo de que la primera empresa que se dispone a revelar y entregar detalles de los errores cometidos en el pasado, después de todo eso, desaparezca”, dijo Cruz.
El presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski dijo el martes que Odebrecht “tiene que irse; se acabó”.
En la víspera, Perú canceló un proyecto para construir un gasoducto en el sur de US$ 7,200 millones -uno de los mayores montos para un proyecto privado en el país andino- para que se realice una nueva licitación.
Proyectos en Perú.
Cruz dijo que la empresa espera continuar con los proyectos que viene desarrollando en Perú, como el de irrigación Chavimochic en el norte del país de US$ 500 millones.
“En Chavimochic la obra ya está parada desde diciembre, está a la espera de que (el Gobierno) apruebe una adenda para que el proyecto pueda seguir”, afirmó Cruz.
“Este proyecto no tuvo problemas de corrupción, la obra está bastante avanzada y no habría ningún motivo para que se niegue al consorcio terminar la obra de la presa y genere beneficios a las 70,000 hectáreas de tierras que hoy están sembradas”, dijo.
De otro lado, Cruz dijo que la venta de su proyecto de irrigación Olmos en el norte de Perú, al fondo canadiense Brookfield y a Suez SA, aún está a la espera de una autorización del Estado para que las compradoras asuman el proyecto.
El ejecutivo dijo además que Odebrecht ha recibido al menos cinco propuestas de empresas interesadas en comprar su Central Hidroeléctrica de Chaglla, en el centro del Perú, en medio de un plan de venta de activos de la empresa.
Cruz dijo que menos de 100 empleados de Odebrecht han estado envueltos en casos de corrupción de un total de 100,000 trabajadores. “Hay un par de manzanas que estaban mal, pero las otras son buenas y eso es lo que se necesita preservar”, sostuvo.
El ejecutivo dijo que la empresa espera alcanzar un acuerdo con la fiscalía de Perú entre dos a cuatro semanas.