Boston (AP).— Una pequeña compañía de Boston busca revolucionar la industria de las prendas de vestir: ofrece ropa y accesorios fabricados a partir de animales muertos accidentalmente en carreteras.
Pamela Paquin ha creado sombreros, bolsos y calentadores para cuello y piernas con base en lo que ella califica de “pieles accidentales”. Cada prenda viene con una nota personal que explica dónde y cuándo se encontró el animal.
Ella es propietaria de Petite Mort Furs, una empresa del área de Boston de dos años de edad, con la que busca ofrecer a la industria peletera una alternativa a la cacería de animales silvestres y a la producción de pieles en granjas de gran escala.
“Toda esta piel (de animales muertos accidentalmente) estaba siendo desechada”, dijo Paquin. “Si logramos recogerlos, nunca tendremos que matar a otro animal por su piel”.
Keith Kaplan, director del Fur Information Council of America, una asociación de la industria peletera de Estados Unidos, dijo que su propio grupo se considera responsable éticamente y con el medio ambiente en el manejo de las pieles en el país.
“La producción de pieles en Norteamérica está muy regulada, con directrices establecidas desde hace muchos años y estudios científicos”, dijo a través de un correo electrónico.
Kaplan se negó a comentar sobre la compañía de Paquin o sobre la idea general de aprovechar las pieles de animales atropellados. “De hecho, las poblaciones de todas las especies utilizadas actualmente por la industria son tan abundantes o más abundantes que lo que eran hace un siglo”, agregó.
Las organizaciones que defienden los derechos de los animales también tienen sentimientos encontrados acerca de la piel de animales muertos accidentalmente.
“Sólo diría que es de muy mal gusto”, dijo Kara Holmquist, de la Sociedad de Massachusetts para la Prevención de la Crueldad contra los Animales. Holmquist no quiso dar más detalles.
Lisa Lange, vicepresidenta sénior de la organización Personas por la Ética en el Trato de los Animales (PETA por sus siglas en inglés), dijo que “nunca habrá una excusa” para usar pieles, pero que es “mucho mejor” usar una prenda de un animal muerto accidentalmente que de una granja para peleterías.
A otros defensores de los animales les preocupa que esta nueva forma de crear productos solo mantenga viva una industria a la que han tratado de derrotar desde hace décadas.
“Una empresa que promueve el uso de piel verdadera, de una forma tan aceptable y de moda, podría crear más demanda de pieles de todas las fuentes, pues podría darle a quienes gustan de vestir todo tipo de piel un escudo de las críticas legítimas”, opinó Virginia Fuller, de una organización ciudadana del área de Boston que lucha contra el sufrimiento y la explotación de los animales.
Heidi Forbes Öste, una residente de la zona metropolitana de San Francisco y que meses atrás compró en Petit Mort un calentador de cuello de piel de zorro, dijo estar sorprendida por las críticas que hacen los grupos defensores de los derechos de los animales.
“Están siendo miopes”, dijo. “Deberíamos estar animando a la gente a comprar pieles de origen sostenible. Estos son los animales que ya habían muerto”.
“El valor que tienen estos productos es que son hechos a mano, son de fabricación local y duran toda la vida”, alega Paquin. “Esto no es solo costura de gama alta, sino también un negocio sostenible”.