Uruguay: Empresarios se oponen a identificar alimentos con alto contenido de sal o azúcar

“El octógono negro es el que la gente interpreta mejor y más rápidamente en comparación a otros modelos de etiquetado frontal que se están utilizando en la región”, señalan especialistas.

RIPE.- Ante las fallidas negociaciones entre el Poder Ejecutivo de Uruguay y la Cámara Industrial de Alimentos (Ciali), el gobierno uruguayo decidió seguir adelante con su modelo de etiquetado que se encuentra ya redactado, a la espera de que el presidente de la República, Tabaré Vázquez, estampe su firma.

El proyecto de decreto propone cambiar las etiquetas de aquellos alimentos que contengan más de cierto nivel de azúcares, grasas, grasas saturadas y sal, por otras en las que, en su parte frontal, indiquen a modo de advertencia su contenido.

Lo propuesto partió de las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y fue adaptado a Uruguay. Esto supone que en cada etiquetado conste un octógono negro ante la presencia en exceso de cualquiera de los ingredientes señalados.

Esos rótulos, inspirados en la ley chilena que comenzó a regir en 2016, indicarían con un símbolo similar a un cartel de la imagen con fondo negro, letras blancas y borde del mismo color, cuando un alimento tenga “exceso de” esos nutrientes.

En las reuniones mantenidas entre integrantes de la Cámara Industrial de Alimentos y del gobierno, desde la Ciali se expuso que el proyecto presentado toma las recomendaciones del Perfil Nutricional de la OPS, que extrapola a cada alimento o producto el porcentaje de los nutrientes que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda para una dieta diaria (2,000 calorías).

En esa línea, la Ciali propuso avanzar en el sistema de rotulación inglés, que permite conocer el nivel y porcentaje de todos los nutrientes de un alimento, ya sea alto, medio o bajo, con los colores rojo, amarillo y verde.

Sin embargo, el Ejecutivo decidió seguir adelante con su modelo, lo que provocó que desde la industria consideren infructuosas las negociaciones llevadas adelante.

A partir de esto, algunas de las 86 empresas que pertenecen a Ciali han buscado en los últimos días asesoramiento jurídico en forma “particular y privada”, aclararon desde la gremial, para contemplar qué medidas se pueden tomar una vez aprobado el proyecto y evaluar la posibilidad de generar alguna contraofensiva.

Como miembro de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Uruguay suscribe a dos tratados relacionados a los alimentos: un acuerdo sobre obstáculos técnicos que puedan afectar al comercio, y otro que refiere a las medidas sanitarias correspondientes para garantizar que se suministren alimentos apropiados a la población.

Según información a la que accedió El Observador, uno de los argumentos que manejaron los profesionales legales a los que acudieron las empresas consiste en acudir a la OMC con el fin de constatar que el modelo de etiquetado impulsado por el Ejecutivo impide el cumplimiento de las reglas justas de comercio.

Desde las empresas creen que la OMC es el ámbito adecuado para consultar a nivel internacional si este modelo de etiquetado es una medida restrictiva para el comercio o no. Sobre ese punto coincidió la instructora mexicana en legislación alimentaria de la Universidad Estatal de Michigan, Rebeca López Acosta.

“Uruguay es miembro de la OMC y como tal, al aprobarse este modelo se estaría violando el acuerdo de barreras técnicas para el comercio”, apuntó la profesional, que brindó una charla en Uruguay dirigida a ingenieros alimentarios sobre etiquetados en Latinoamérica, organizada por la asociación que reúne a esos profesionales.

En este sentido, desde la Cámara señalaron que seguirán insistiendo con el gobierno para lograr que exista una armonización a nivel del Mercosur o “el perjuicio intra Mercosur va a ser muy grande”, afirmó el presidente de la Ciali, Fernando Pache.

Con respecto al impacto comercial del etiquetado, en setiembre la Cámara advirtió que lo propuesto por el gobierno –dado que no estará en consonancia con lo que se aplica en los demás países socios del Mercosur–, perjudicaría a las empresas que importan y exportan productos tanto a Argentina como a Brasil.

“Tenemos que ser realistas, más del 60% de las góndolas de almacenes, supermercados y comercios de Uruguay están inundadas de alimentos de Brasil y Argentina”, indicó Pache en setiembre.

Un proyecto más flexible
Ante la advertencia de la industria de alimentos que sostenía que con el proyecto original del gobierno un 95% de los alimentos en el mercado llevarían como mínimo un octógono negro, desde el Ministerio de Salud Pública se concedió un poco más de tiempo para permitir la reformulación de algunos productos.

El plazo estipulado en el proyecto para que se cumplan con los requisitos exigidos es de 18 meses. Así lo explicó la responsable del área de nutrición del MSP, Ximena Moratorio.

“Lo que se hizo fue flexibilizar y ser menos exigentes con respecto a los criterios de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para apuntar a la reformulación de productos y que la industria pueda ofrecer insumos más saludables en un plazo determinado”, manifestó la funcionaria.

Según comentó la jerarca, se mantuvieron reuniones con los técnicos de la industria y se evaluó la realidad del mercado local, y se llegó a la conclusión de que, en la primera etapa al menos, no se tomarán en cuenta los criterios y valores de la OPS en forma textual, sino que se buscará que la transformación se haga en forma progresiva.

“El octógono negro es el que la gente interpreta mejor y más rápidamente en comparación a otros modelos de etiquetado frontal que se están utilizando en la región. La intención acá no es prohibitiva, sino que lo que queremos es que, cuando la gente elija un alimento, lo haga de manera informada. Después cada uno tomará su decisión con libertad”, explicó Moratorio.

Porcentajes y criterios
Los criterios para establecer contenido excesivo son: 8 miligramos de sodio por una caloría o 500 miligramos cada 100 gramos para el sodio, 20% del valor calórico total en azúcares, 35% en grasas y 12% en grasas saturadas.

Parecido no es lo mismo
A diferencia de Chile, donde el criterio para definir los valores es en base a la cantidad del nutriente cada 100 gramos de producto, en Uruguay se hace en función de la cantidad de calorías del nutriente.

Sin embargo, el resultado final en cuanto al tipo y cantidad de productos que van a llevar rotulo será muy similar.

Diario El Observador de Uruguay
Red Iberoamericana de Prensa Económica (RIPE)

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