De campo de refugiados a maravilla arquitectónica. Nahr el-Bared (Trípoli, Líbano) se estableció en 1949 para los refugiados palestinos; décadas después, en 2007, un conflicto entre el ejército libanés y el grupo extremista Fatah Al-Islam destruyó la zona, los constantes bombardeos arrasaron con el campamento.
Con el objetivo de que el lugar sea nuevamente habitable para las 27.000 personas que alberga, United Nations Relief & Works Agency (UNRWA) unieron esfuerzos con Nahr el-Bared Reconstruction Commission for Civil Action and Studies (NBRC) y la comunidad.
Siguiendo una planificación cuidadosa, los arquitectos se basaron en el concepto de “expansión vertical”, para construir edificios de cuatro pisos como máximo, lo que permite crear espacios libres, además de jardines.
El objetivo era aumentar las áreas no edificadas del 11% al 35%. La reconstrucción se llevó a cabo en ocho fases. Gracias a ella, cientos de familias desplazadas pudieron retornar a casa, mientras que más de 2400 estudiantes de primaria y secundaria volvieron a la escuela.
En la actualidad, decenas de familias han comenzado a crear espacios -como azoteas y pequeños jardines- para asegurarse una mejor calidad de vida. Mediante el uso de bidones de plástico, elementos reciclados y viejos neumáticos pintados en colores brillantes, los residentes también han empezado a cultivar hortalizas y árboles frutales para alimentar a sus familias.
Por lo pronto, Nahr el-Bared ha sido finalista de Aga Khan Award 2013, un premio a la Arquitectura.